La inflación, ese infierno tan temido…


Elena Valero Naráez


La inflación se manifiesta través del "aumento generalizado" en los precios de los bienes y servicios. Todos suben (no algunos sí y otros no) porque se deprecia la moneda local, medio de cambio para las transacciones, frente a tales bienes. De éste modo la gente pierde el poder adquisitivo.

Este fenómeno se origina por causas monetarias: emisión de moneda y expansión del crédito sin la contrapartida del previo ahorro y producción, de bienes y servicios.
Se le suma la actitud de la gente en relación a la mayor o menor demanda de moneda: si con estabilidad y confianza la gente demanda más, con inflación y desconfianza huye del dinero hacia dólares y bienes.

En la época del ex presidente Alfonsín, la emisión monetaria espuria o "sin respaldo”, se producía porque el estado gastaba siempre más de lo que podía recaudar vía impuestos y préstamos. Es decir, se producía un déficit crónico, el cual se financiaba mediante la emisión de moneda sin respaldo determinando el aumento generalizado de los precios (inflación) al volcarse el “excedente” de moneda a la demanda de la misma cantidad de bienes y servicios ofertados en el mercado.
Las preguntas que en la actualidad muchos se formulan son básicamente las siguientes.¿Porqué si en nuestro país no hay déficit de presupuesto, y no es necesario emitir moneda para financiarlo, hay inflación? y ¿porqué habiendo recesión, la inflación sigue siendo alta?
En relación a la primer pregunta la respuesta es: no se está emitiendo moneda para financiar gastos del Tesoro, sin embargo, el Banco Central lo sigue haciendo con otro fin: mantener el llamado tipo de cambio "competitivo".
El mecanismo que se usó es bien conocido. El Banco Central emitía pesos en cantidades importantes para comprar dólares y sostener así el tipo de cambio pero, como esa emisión era elevada, para evitar el desbande inflacionario quitaba simultáneamente del mercado parte de esos pesos en circulación , colocando títulos de deuda (Lebacs , Nobacs etc) ante los bancos.
En síntesis: el Banco Central "esterilizaba" parte (no la totalidad) de esos "excedentes monetarios" pero al mismo tiempo se endeudaba.
Durante los últimos 5 años el nivel de deuda pasó, aproximadamente, de $10.000 millones a $ 53.000 millones, cantidad equivalente a casi el 70% del total de los pesos que el país tiene en circulación. La cantidad de pesos emitidos desde la asunción del presidente Kichner hasta la fecha supera ya el 270%.
Estos datos demuestran, a las claras, la notable expansión monetaria efectuada durante estos últimos años y, que a pesar de la parcial "esterilización " anteriormente señalada, el país sufre un elevado nivel de inflación.
Cabe destacar que a partir del inicio de la recesión, a principios de éste año, 2009, comienza a extenderse la desconfianza entre los agentes económicos, debido a factores de orden político, a la caída de los precios internacionales de nuestro principales productos de exportación y, a la confirmación de las regresivas políticas gubernamentales en el campo económico-financiero.
Se acentúa el proceso de fuga de capitales que venía desarrollándose desde el 2007, y se invierte el manejo monetario por parte del Banco Central en los siguientes términos: hoy, en vez de comprar dólares para sostener el tipo de cambio, el Banco Central debe salir a vender dólares para evitar la suba. De éste modo, quita del mercado pesos en circulación a la vez que disminuye forzosamente la tasa de emisión monetaria. Teóricamente, estaría frenando a la inflación por causas monetarias.
Sin embargo, la inflación, si bien a disminuido su ritmo de crecimiento, sigue siendo muy alta (del orden del 15% ), y la explicación se debe encontrar en la segunda de las razones señaladas al principio referidas a la actitud de la gente frente a la demanda de moneda que quiere mantener .
En las presentes circunstancias que vive el país de desconfianza generalizada cuyas manifestaciones visibles -entre otras- se reflejan en la compra de dólares y fuga de capitales, la gente tiende a conservar menos moneda local en relación a los bienes y servicios que adquiere , es decir demanda menos pesos para "pasarse" al dólar como reserva de valor. Con ello -siguiendo la ley de oferta y demanda - el precio de la moneda baja y su capacidad adquisitiva disminuye frente al precio de tales bienes.
Sumémosle recesión, caída de la producción y oferta de bienes de todo tipo en el mercado, la emisión de pesos -aunque en mucho menor medida- del Banco Central y tendremos los tres factores concurrentes que explican porqué, aún no emitiendo moneda espuria o sea, sin respaldo, se produce "el alza generalizada de los precios”, es decir la tan temida inflación.
Por esta política inflacionaria y recesiva se han reducido las exportaciones, la confianza se ha perdido junto al espíritu de empresa y a las expectativas de futuro favorables al ahorro y a la inversión. El alza del costo de vida ha deteriorado la calidad de vida de los que dependen de un sueldo, aumentó el desempleo y con ello la frustración, la inseguridad y la inestabilidad. Lamentablemente, como el gobierno continúa sin ver la realidad, aparece la posibilidad de una crisis política, y social.
A la inflación se la debe embestir apenas se insinúa, atacando sus causas más profundas, tanto las de orden monetario como las que derivan de la desconfianza que provocan en los agentes económicos políticas incorrectas. En la década del 80 los argentinos sufrimos la hiperinflación y sus nefastas consecuencias. Los Kirchner ¿habrán perdido la memoria?

Elena Valero Narváez. (Autora de “El Crepúsculo Argentino.Lumiere,2006.)
evaleronarvaez@hotmail.com

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