Zapatero y sus zapatos….

¿Será posible un Ajuste en la Argentina?
Cuando las papas quemen ya tendremos un nuevo presidente. El gobierno kirchnerista nos hace transitar por un camino inflacionario. La noticia del decreto que permite un fuertísimo aumento del gasto público, desnuda la intención que el gobierno tuvo cuando se pretendió, en el Congreso, discutir el presupuesto. Con premeditación, pidió a los legisladores oficialistas que no aceptaran cambiar ni una coma. La intención fue que el país quedara sin la ley de leyes para poder dar el golpe que anuncian los diarios: por decreto aumentar a piacere la cifra que permite mucho mayor gasto público.
El año electoral, que se inicia en los próximos días, marca las necesidades del gobierno. Para seguir en el poder debe recurrir a todos los medios disponibles, entre ellos, los resortes que le proporciona el estado y la posibilidad de contar con recursos extraordinarios para hacer frente a los compromisos contraídos y a la campaña electoral.
La pregunta que nos hacemos algunos argentinos es quién se hará cargo de las consecuencias graves que generará dicho gasto, como es el aumento de la inflación.
Gran temor genera la inflación en otros países. Por ejemplo, en EEUU, fue declarada por el ex presidente Ford, el enemigo político numero uno. Llevaba un distintivo en la solapa con la inscripción WIN (Whip Inflation Now) que significa erradiquemos ahora mismo la inflación.
Como la política kirchnerista generó un elevado gasto e ingresos fiscales insuficientes para afrontarlo, el ex presidente Kirchner y su señora han debido recurrir a la impresión de dinero para la compra de dólares y para financiar el Tesoro por lo que se ha generado un índice inflacionario sumamente peligroso y, sin duda, aumentará en el próximo año. La política monetaria que genera elevada inflación soporta no solo los costes que el elevado índice trae sino también las redistribuciones arbitrarias de la riqueza ya que reduce el valor real de las deudas.
El gobierno debiera saber que la elevada inflación media es volátil e incierta por lo que perjudica a todos y sobre todo al inversor porque no pueden hacer el necesario cálculo económico que todo proyecto necesita.
Con seguridad, será al próximo gobierno el que deberá tomar al toro por las astas y hacerse cargo del problema, por ello, los líderes opositores, tendrían que pensar cómo van a resolverlo. Nadie explicita de qué manera se reducirá la inflación. Todos son campeones en enumerar los problemas pero, no dicen como los resolverán y mediante qué medios.
Para reducirla tendrían que hacer reformas fiscales como lo está haciendo España en la actualidad. Entre ellas hay que reducir, en vez de aumentar, el gasto público.
Creo que se debiera imitar a España. Es envidiable la responsabilidad con que han encarado el imprescindible ajuste en ese país. Evidentemente, los problemas del gobierno español no son solamente producto de la crisis sino que también está pagando las consecuencias de políticas socialistas. Pero, es encomiable, que el presidente se haya hecho cargo de los errores y que no haya esperado, como aquí, que los solucione el próximo gobierno. Zapatero, por presión internacional y de la realidad, afronta el costo político que siempre paga el que hace el ajuste consistente en sincerar la economía y realizar las reformas necesarias para que mejore. Va a corregir el curso acelerado del gasto. El presidente pidió un esfuerzo excepcional para reducir el déficit público.
Suprimir ayudas sociales, privatizar aeropuertos, rebajas fiscales a empresas, son medidas que aparecían como impensables en un gobierno socialista. Zapatero, intenta, por todos los medios, calmar a los mercados y detener la crisis financiera.
Se elimina el seguro y el subsidio mensual a los desocupados y se reprivatiza un 30 por ciento la sociedad estatal de Loterías y Apuestas del Estado.
También se reduce la inversión pública en más de 6000 millones de euros y un cinco por ciento, promedio, los salarios, incluyendo un recorte del 15 por ciento a los miembros del gobierno. Por primera vez en España se recortan los sueldos de los empleados públicos. Durante el 2011 permanecerán congelados. El congelamiento también alcanzó a las pensiones y se eliminó la prestación por nacimiento, el llamado cheque bebé de 2500 euros, entre otras innumerables disposiciones de ajuste.
Con la flexibilización laboral se intenta que el desempleo no se convierta en estructural.
El gobierno español pretende inyectar una fuerte dosis de confianza para cambiar la actitud reticente de los inversores y retomar un crecimiento sostenido, vital, para el mejoramiento de la economía española.
Zapatero se mantiene firme con la aplicación del ajuste aunque debe lidiar con las protestas y huelgas generales con las que muestran su rechazo los sindicatos y otros sectores sociales, a la ley laboral. Resisten la congelación de los salarios, al aumento de la edad de jubilación de 65 a 67 años entre otras disposiciones sumamente impopulares.
¿Se animará el futuro presidente argentino a tomar medidas imprescindibles -como lo está haciendo España- para sanear la economía y mejorar el nivel de vida de los argentinos? Me permito dudarlo. Salvo que aparezca un clon del ingeniero Álvaro C. Alsogaray, quien fue el primero en nuestro país, en animarse a explicar, promover, e intentar realizar cambios estructurales como los que están realizando algunos países europeos para superar la crisis y detener la inflación, veo un futuro complicado e incierto.
No quiero pensar en la reacción que tendrán los que actualmente cortan calles y provocan disturbios, casi por deporte, cuando la realidad termine por imponerse en nuestro país, como sucede en España y deba hacerse el ajuste. O, que dirá o hará Moyano, si se recortan los sueldos. Si volvemos a elegir a un presidente populista, que los dioses nos protejan.

Elena Valero Narváez. (Autora de “El Crepúsculo Argentino”.Lumiere.2006)
evaleronarvaez@hotmail.com

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¡Gol de Macri!

La foto que mostró la prensa del país donde vimos a los jefes de gabinete de Cristina Kirchner y de Mauricio Macri, Aníbal Fernández y Horacio Rodríguez Larreta, respectivamente, anunciando las medidas para solucionar el conflicto de las tomas de los predios en la Capital, tiene un valor interesante para el análisis del futuro político de Mauricio Macri.
Cuando decimos que es muy difícil predecir el futuro sobre todo en política pensamos en que siempre es probable un cambio que de vuelta la opinión de los sufragantes. La muerte de Kirchner, por ejemplo, ha fortalecido la admiración de una parte de la juventud universitaria que ha descubierto en su figura condiciones de luchador y niño rebelde capaz de enfrentarse al statu quo. Ello beneficia a Cristina Kirchner quien, con la ayuda del grupo que lidera su hijo Máximo, y los resortes que le permite el Estado, dedica esfuerzos en resaltar los atributos del fallecido ex presidente.
La preocupación llegó al Gobierno, cuando se extendió la ocupación de predios. Al principio del conflicto, no solo dejó hacer, sino que incentivó y prohijó los desmanes creyendo que con ello minimizaría la imagen de Macri, candidato potable para hacerle frente en las elecciones del año próximo.
La inagotable prédica populista iniciada por su marido y prolongada por ella, provocaron que la acción directa se hiciera común para pedir lo que no se puede conseguir por medios legales.
Las ocupaciones de predios no solo se perpetraron en la ciudad de Buenos Aires sino que afectaron la tranquilidad de gobernadores de varias provincias. Se convirtieron en el canal de aspiraciones de mucha gente que sufre la falta de vivienda o los altos alquileres que provoca la política inflacionaria del Gobierno.
La gente, a medida que avanzaban las noticias de los medios, notó que la ocupación del predio Indoamericano fue liderada por el militante oficialista, Alejandro Salvatierra, quien, de un día para el otro, cambió su postura: cuando la situación se hizo difícil, no solo para Mauricio Macri sino para el Gobierno Nacional, incentivó a los okupas a que declinaran su actitud. ¿De quién fue la orden?.
Casi no cabe duda que la ocupación del parque fue una operación kirchnerista para desestabilizar al Jefe de Gobierno de la Ciudad. Se agrega a otras zancadillas: le obstruyen las calles maestros y estudiantes, el Colón no funciona por la acción directa de los sindicatos, los barrenderos hacen huelga, le hicieron renunciar a un excelente Ministro de Educación, lo complicaron con acusaciones de espionaje y, por último, otra maniobra, que cómo bien dijo el ex presidente Duhalde y otros dirigentes políticos, no tienen otro sentido que sacarlo del medio.
El Gobierno Nacional es el que debe proteger a la Ciudad de Buenos Aires. Es fácilmente demostrable porque consta en la llamada Ley Cafiero y existen declaraciones de Cristina Kirchner donde lo afirmaba cuando el Gobierno Nacional se negaba a dejar bajo el mando de Mauricio Macri a la Policía Federal. Si se lo hubiera permitido la responsabilidad de garantizar el orden hubiera correspondido al gobierno de la Ciudad.
Macri metió un gol: Cristina Kirchner intentó mostrar la debilidad del Jefe de la Ciudad para solucionar un conflicto que necesitaba de las fuerzas de seguridad que dependen del gobierno para actuar. Le salió el tiro por la culata ya que, gracias a que aún existe prensa libre, se pudo ver claro, no solamente la acción mezquina del Gobierno Nacional, sino como una política populista y autoritaria , para opacar a los opositores con prestigio social, no tiene reparos en poner en jaque la tranquilidad de la República.
En ésta oportunidad Macri actuó muy bien. Pidió conversar con la Presidente para solucionar los conflictos, juntos. Ella no le dio la policía y cuando debían reunirse no lo llamó. Los acontecimientos posteriores los conocemos todos: el Gobierno no tuvo otra opción que acceder al pedido del gobierno de la Ciudad, como lo ilustra la foto anteriormente mencionada.
El único error de Macri fue la frase infeliz sobre la inmigración que, por otro lado, no lo convierte en racista como se intentó hacerlo aparecer en los medios oficiales. Es cierto que no se le hubiera escapado a alguien con más cintura política.
Por otro lado, tal vez, el final de este episodio permita ver en él, al único opositor real al gobierno kirchnerista. No solo lo demuestra la permanente actitud hostil de la presidente hacia su persona sino la contextura de ideas distinta a las del Gobierno. También su forma de gobernar.
No tiene locuacidad, pero se dedica a resolver los problemas de la Ciudad, sin discursos populistas y sobre todo, respetando las leyes. Su modelo es mucho más cercano al que manda la Constitución. Tal vez sea un error, ya que los argentinos aún necesitamos de promesas irrealizables, de líderes que nos prometan lo imposible.
Mauricio Macri ha tenido dificultades enormes por la acción del Gobierno Nacional, el cual se negó a colaborar con su gestión pero, aunque ello le obligó a atrasar algunas de sus metas, hizo mucho más que gobiernos anteriores.
Algunos creen que hubiera tenido menos problemas un gobierno de signo kirchnerista. Es cierto, pero hubiéramos continuado prisioneros de la ineficacia y la corrupción.
El ex presidente Alfonsín se preguntó en varias oportunidades, cuándo los argentinos tendríamos el gobierno que nos merecemos. Creo que siempre los tuvimos. Votamos a dictadores, a gente inepta para gobernar, llevamos a la presidencia, una y otra vez, a líderes que van en contra de lo que necesitamos para mejorar el nivel de vida.
Le pedimos peras al olmo, por ello votamos a quien promete más o nos dejamos llevar por “sentimentalismos” lo que en política muchas veces es letal.
Ante los candidatos opositores, evidentemente, Macri representaría el cambio más radical al modelo kirchnerista. Me pregunto si los argentinos lo desean.
Por otro lado, hoy, aunque su imagen es conocida a nivel nacional, es improbable que pueda ganar en una elección presidencial, salvo que se debilitara la figura de Cristina y Duhalde pudiera armar, con éxito, una coalición con los intendentes del Conurbano, como lo hizo en otra oportunidad, y la pusiera a disposición del actual Jefe de Gobierno. Es solo una conjetura.

Elena Valero Narváez. (Autora de “El Crepúsculo Argentino”. Lumiere.2006)
evaleronarvaez@hotmail.com

Política energética: “fané, descangayada….”

La política energética argentina tuvo un pésimo trato, tanto de Néstor Kirchner como de su mujer, la actual presidente, después de haber sido excelente durante la década de los 90 cuando se desregularizó el sector pudiendo los productores privados utilizar el recurso de manera que respondiera a sus intereses de mayor rentabilidad. Las inversiones destinadas a crear la infraestructura necesaria y al abastecimiento energético dejaron de ser responsabilidad directa del estado y quedaron liberadas a la libre iniciativa privada en un marco de libertad económica. Fue un cambio revolucionario luego de una historia que comenzó en la década del 40 donde el estado había ocupado un rol asfixiante salvo en la presidencia del Dr. Frondizi.
Un grupo de ex secretarios de energía como otros expertos en el tema energético están tratando de interesar a políticos y parlamentarios en la necesidad de dar importancia a la política energética. Según sus informes la producción de petróleo y gas ha disminuido de forma alarmante, no se descubren nuevos yacimientos y la explotación de riesgo muestra una parálisis casi total.
Estamos importando gas natural de Bolivia y gas licuado de Venezuela a precios superiores a los que podríamos obtener de la producción domestica. Mientras, no hay proyectos que permitan augurar un posible abastecimiento. Se suma, a las desgracias, la importación de gas oil para poder abastecer nuestro consumo interno.
El sector eléctrico también está padeciendo serias dificultades: su funcionamiento es crítico, capitales nacionales e internacionales, no se interesan en invertir y el gobierno solo se preocupa cuando aparece una urgencia. Agreguemos la insuficiente generación, las limitaciones y la falta de mantenimiento de los sistemas de generación, transporte y distribución a los usuarios.
Se necesita de una exploración petrolera agresiva dentro de la plataforma continental sumergida, como también en las áreas continentales que aun se mantienen en gran medida inexploradas.
La licitación pública debiera ser norma permanente para la renovación de contratos de concesión de petróleo y las contrataciones con auditorías, independientes de todas aquellas obras cuyo destino final sea la provisión de servicios públicos. Es prioritario infundir seguridad a los
inversores y un mecanismo de adjudicaciones de concesiones a través de licitaciones abiertas, transparentes y competitivas. No debieran renovarse contratos de concesión en forma directa y sin puja licitatoria.
Con respecto a la intervención del estado es bueno recordar el sistema americano con respecto al petróleo. No cobra regalías ya que la propiedad es del superficiario quien las cobra aunque queda sujeto al pago de los impuestos a la renta, locales a la venta, y municipales. Las compañías de petróleo, por otro lado, en ese país permanecen libres de la intervención estatal. Durante el gobierno del presidente Menem se permitió que quien extrajera el petróleo pudiera venderlo a quien quisiera. Fue un gran adelanto.
Los subsidios son innecesarios salvo los destinados a sectores de muy bajos ingresos. En EEUU, no se subsidia el consumo y se pagan impuestos para tener un buen servicio.
En resumen: en Argentina, no existen inversiones ante la política energética cortoplacista y obstructiva del gobierno. Mantuvieron las tarifas y precios a niveles bajísimos incentivando el consumo indiscriminado mediante subsidios crecientes al consumo de energía y al transporte. De esta manera se paralizó la inversión de las empresas en la exploración y explotación de los recursos hidrocarburíferos con que cuenta el país, equipamiento, operaciones, y mantenimiento. La consecuencia: no se pudo ampliar la capacidad instalada de un sistema de demanda creciente como el que tiene el sistema energético. Como por lo general sucede con la planificación del estado, dichos subsidios, en muchos casos, han beneficiado a quienes no lo necesitan y perjudicado a sectores de bajos recursos.
Se ha intentado recientemente, mediante el “tarifazo”, un acercamiento al precio real del servicio de gas, medida con que el gobierno intenta morigerar la situación de emergencia. Según los expertos se debe atacar el problema desde todos sus ángulos: políticos, institucionales, legales, técnicos y tarifarios. La política energética debe ser consensuada y mantenida aunque cambien los gobiernos por medio del dialogo realista entre el gobierno y los sectores productivos.
Preocupa la ausencia de interés por la problemática energética no solamente en el gobierno sino en el debate parlamentario y en la oposición. Mientras el gobierno niega los problemas existentes en esta materia estamos acercándonos a una situación crítica. Falta poco para que importemos petróleo, ya importamos gas y combustibles. Hay que alzar la voz para que mejore la institucionalidad del sector, se prioricen las fuentes renovables no contaminantes modificando la matriz energética hoy, dependiente de los hidrocarburos fósiles, por energías alternativas como son la energía nuclear, hidráulica y eólica y la producción de biocombustibles como el bioetanol y el biodiesel.
En los 90 se pudo pactar libremente los precios entre productores y consumidores de gas, petróleo y electricidad. El que obtenía petróleo tenia libre disponibilidad del recurso. Podía venderlo a refinerías, por ejemplo, o exportarlo de acuerdo a lo que indicara el mercado internacional. El mercado libre significó para la Argentina importantísimas inversiones nacionales y extranjeras. Se introdujo la competencia dentro de leyes y decretos marco. Se privatizaron las empresas de servicios y se las llevaron a un marco abierto, desregulado y competitivo y se dio seguridad jurídica a los inversores por medio de leyes como la de inversiones extranjeras que igualaba el capital foráneo con el nacional.. Para instrumentarlo se separó en segmentos la etapa de la producción, el transporte y la distribución para el petróleo y el gas. Abrirles el mercado a los particulares significó tener centrales de energía eléctrica con las más modernas tecnologías. Se invirtieron más de 80 .000 millones de dólares.
Hay que dejar el modelo intervencionista implementado por los Kirchner y volver en materia de energía a las políticas de libre mercado que dieron muy buenos resultados en poco tiempo. Hoy estamos fuera del mundo en materia de precios. Las tarifas y precios deben ser establecidas por el mercado en vez de ser establecidas por el estado. Una vez que mejore la institucionalidad y con libertad económica volverá la confianza necesaria para que se invierta en petróleo, gas, y electricidad. Las empresas, necesitan para subsistir, rentabilidad y que se respeten los contratos. Hoy se suma, al problema de fondo, el incumplimiento de la legislación relacionada al sector y normas complementarias que no responden a dar soluciones. Además, La Secretaría de Energía y los entes reguladores sectoriales no tienen la independencia necesaria para encarar los problemas sin condicionamientos políticos.
El Congreso debe ayudar a revertir la política kirchnerista: los precios y tarifas deben volver a reflejar los costos económicos para que se logre superar el gravísimo problema de la distorsión de los precios relativos. La meta debe ser capitalizar al sector energético. En la próxima década se necesitarán, según manifestaciones de expertos, cerca de 90.000 millones de dólares de inversión para ponernos al día. No podemos seguir haciéndonos los distraídos en este tema si no queremos regresar a las velas, al brasero y a la cocina a leña.
Elena Valero Narváez
evaleronarvaez@hotmail.com. Autora de “El Crepúsculo Argentino”. Lumiere, 2006.

La inflación, ese infierno tan temido….

La inflación se manifiesta través del "aumento generalizado" en los precios de los bienes y servicios. Todos suben ( no algunos sí y otros no) porque se deprecia la moneda local , medio de cambio para las transacciones, frente a tales bienes. De éste modo la gente pierde el poder adquisitivo.

Este fenómeno se origina por causas monetarias: emisión de moneda y expansión del crédito sin la contrapartida del previo ahorro y producción, de bienes y servicios.
Se le suma la actitud de la gente en relación a la mayor o menor demanda de moneda: si con estabilidad y confianza la gente demanda más, con inflación y desconfianza huye del dinero hacia dólares y bienes.

En la época del ex presidente Alfonsín, la emisión monetaria espuria o "sin respaldo”, se producía porque el estado gastaba siempre más de lo que podía recaudar vía impuestos y préstamos. Es decir, se producía un déficit crónico, el cual se financiaba mediante la emisión de moneda sin respaldo determinando el aumento generalizado de los precios (inflación) al volcarse el “excedente” de moneda a la demanda de la misma cantidad de bienes y servicios ofertados en el mercado.
Las preguntas que en la actualidad muchos se formulan son básicamente las siguientes.¿Porqué si en nuestro país no hay déficit de presupuesto, y no es necesario emitir moneda para financiarlo, hay inflación? y ¿porqué habiendo recesión, la inflación sigue siendo alta?
En relación a la primer pregunta la respuesta es: no se está emitiendo moneda para financiar gastos del Tesoro, sin embargo, el Banco Central lo sigue haciendo con otro fin: mantener el llamado tipo de cambio "competitivo".
El mecanismo que se usó es bien conocido. El Banco Central emitía pesos en cantidades importantes para comprar dólares y sostener así el tipo de cambio pero, como esa emisión era elevada, para evitar el desbande inflacionario quitaba simultáneamente del mercado parte de esos pesos en circulación , colocando títulos de deuda (Lebacs , Nobacs etc) ante los bancos.
En síntesis: el Banco Central "esterilizaba" parte (no la totalidad) de esos "excedentes monetarios" pero al mismo tiempo se endeudaba.
Durante los últimos 5 años el nivel de deuda pasó, aproximadamente, de $10.000 millones a $ 53.000 millones, cantidad equivalente a casi el 70% del total de los pesos que el país tiene en circulación. La cantidad de pesos emitidos desde la asunción del presidente Kichner hasta la fecha supera ya el 270%.
Estos datos demuestran, a las claras, la notable expansión monetaria efectuada durante estos últimos años y, que a pesar de la parcial "esterilización " anteriormente señalada, el país sufre un elevado nivel de inflación.
Cabe destacar que a partir del inicio de la recesión, a principios de éste año, 2009, comienza a extenderse la desconfianza entre los agentes económicos, debido a factores de orden político, a la caída de los precios internacionales de nuestro principales productos de exportación y, a la confirmación de las regresivas políticas gubernamentales en el campo económico-financiero.
Se acentúa el proceso de fuga de capitales que venía desarrollándose desde el 2007, y se invierte el manejo monetario por parte del Banco Central en los siguientes términos: hoy, en vez de comprar dólares para sostener el tipo de cambio, el Banco Central debe salir a vender dólares para evitar la suba. De éste modo, quita del mercado pesos en circulación a la vez que disminuye forzosamente la tasa de emisión monetaria. Teóricamente, estaría frenando a la inflación por causas monetarias.
Sin embargo, la inflación, si bien a disminuido su ritmo de crecimiento, sigue siendo muy alta (del orden del 15% ), y la explicación se debe encontrar en la segunda de las razones señaladas al principio referidas a la actitud de la gente frente a la demanda de moneda que quiere mantener .
En las presentes circunstancias que vive el país de desconfianza generalizada cuyas manifestaciones visibles -entre otras- se reflejan en la compra de dólares y fuga de capitales, la gente tiende a conservar menos moneda local en relación a los bienes y servicios que adquiere , es decir demanda menos pesos para "pasarse" al dólar como reserva de valor. Con ello -siguiendo la ley de oferta y demanda - el precio de la moneda baja y su capacidad adquisitiva disminuye frente al precio de tales bienes.
Sumémosle recesión, caída de la producción y oferta de bienes de todo tipo en el mercado, la emisión de pesos -aunque en mucho menor medida- del Banco Central y tendremos los tres factores concurrentes que explican porqué, aún no emitiendo moneda espuria o sea, sin respaldo, se produce "el alza generalizada de los precios”, es decir la tan temida inflación.
Por esta política inflacionaria y recesiva se han reducido las exportaciones, la confianza se ha perdido junto al espíritu de empresa y a las expectativas de futuro favorables al ahorro y a la inversión. El alza del costo de vida ha deteriorado la calidad de vida de los que dependen de un sueldo, aumentó el desempleo y con ello la frustración, la inseguridad y la inestabilidad. Lamentablemente, como el gobierno continúa sin ver la realidad, aparece la posibilidad de una crisis política, y social.
A la inflación se la debe embestir apenas se insinúa, atacando sus causas más profundas, tanto las de orden monetario como las que derivan de la desconfianza que provocan en los agentes económicos políticas incorrectas. En la década del 80 los argentinos sufrimos la hiperinflación y sus nefastas consecuencias. Los Kirchner ¿habrán perdido la memoria?
Elena Valero Narváez. (Autora de “El Crepúsculo Argentino”Lumiere. 2006)
evaleronarvaez@hotmail.com

¿Cómo seguirá la película….?

Cuando elegimos siempre lo hacemos dentro de un limitado número de posibilidades. Aunque nuestros deseos pueden ser ilimitados jamás podemos alcanzarlos a todos y cuando optamos en la búsqueda de nuestra felicidad debemos dejar o aplazar varias de nuestras metas.
Analizando la situación política actual, si bien es imposible predecir el futuro, ya no podemos aventurar, como hace unas semanas, que los argentinos, como cualquier ser humano, se solidarizarán con el gobierno que les asegure condiciones que permitan mejorar su calidad de vida. Tampoco, por otra parte, que se opondrán a las políticas que vayan en contra de los intereses generales de la sociedad.
Casi todos los analistas políticos estámos desorientados o arriesgamos hipótesis, de distinto calibre, con respecto al futuro político del gobierno actual, cuya cabeza es Cristina Kirchner. Lo cierto es que si hoy sufragáramos ella triunfaría.
La muerte de Néstor Kirchner la ha catapultado en las encuestas. Una porción de la sociedad que antes era neutral o antikirchnerista hoy apoya a la presidente. No importa aún que la inflación les coma el salario ni las denuncias de corrupción.
¿Cuál podría ser la explicación? Es difícil analizar la realidad pero uno de los motivos principales debemos seguir adjudicándolo a la división de la oposición. Peronistas federales, radicales, macristas, socialistas, la Coalición Cívica y otras fuerzas, no han logrado unirse bajo un liderazgo que permita superar al gobierno kirchnerista. Es, exactamente, lo que ocurre en Venezuela.
Por otra parte, permanece el recuerdo de La Alianza que llevó a De la Rua a la presidencia. Allí experimentamos el desastre que significó una bolsa de gatos en el poder. ¿Es posible lograr una alianza de otras características?
Algunos especulan con algún cambio positivo en la política del gobierno. Si fuera así, con más razón ganaría las elecciones Cristina Kirchner.
De todas maneras, todavía falta mucho. Podríamos tener sorpresas. La muerte de Néstor Kirchner ha mostrado, una vez más, la importancia que tiene el azar en la Historia.
Queda todavía por ver si la presidente es capaz de dominar a su propia tropa. Puede que varios de los antes incondicionales de su marido pretendan tener vuelo propio y es posible que la competencia entre los funcionarios del gobierno traiga problemas en el 2011.
Parece raro que los argentinos, quienes tanto despotricaron por la corrupción imperante en gobiernos anteriores, hoy, acepten la corrupción generalizada de la que dan cuenta, con lujo de detalles, los diarios que no han aceptado la generosidad kirchnerista.
La preocupación aumenta si las encuestas al favorecer al gobierno lo incentivan a cerrar el sistema social global aumentando la desigualdad ante la ley. Si esto ocurriera, la Justicia dejará de protegernos contra la arbitrariedad de individuos, grupos, corporaciones, y del propio gobierno, el cual podría continuar el intento de definir las inevitables desigualdades según su propia vara determinando cada vez más lo que ocurra en nuestras vidas.
Nos queda la esperanza-dicen que es lo último que se pierde- que la presidente muestre la racionalidad y el equilibrio emocional necesario, además de información fidedigna, para adaptar su política a la realidad. También, que la oposición se fortalezca y aparezca un líder en quien se encarnen ideas que se reproduzcan en un programa de gobierno que pueda competir con posibilidades de éxito.
Los argentinos tenemos un deber: respetar y hacer respetar el sistema democrático que permite un sector económico privado, la vigencia de la opinión pública institucionalizada y un sistema de partidos. Son las herramientas que permiten controlar al estado para que no trabe la capacidad innovadora de los argentinos. De ella necesitamos para superar la conflictiva situación que vivimos.
El intento del gobierno de monopolizar los medios de comunicación debiera ser una lucha común de la oposición. Si la meta de reducir la libertad de expresión se logra,
no se podrán criticar las decisiones del gobierno. En ese caso les será imposible, a las minorías, difundir programas alternativos con el fin de convertirse en mayoría.

Elena Valero Narváez. (Autora de “El Crepúsculo Argentino”Lumiere.2006)
evaleronarvaez@hotmail.com

Cristina tiene la palabra….

La unión Industrial Argentina advirtió el ahogo que esta provocando sobre la economía la intervención del gobierno.
Recién ahora los empresarios se dan cuenta que la acción de poner trabas al comercio y a la producción perjudica, a la larga, a todos.
Están divididos entre los que hacen negocios con el gobierno y los que deben competir en el mercado mundial sin la ayuda estatal.
La mayoría de los argentinos desprecian al sistema capitalista porque lo confunden con los capitalistas. No son la misma cosa.
Existen empresarios capitalistas a quienes no les gusta la competencia y aceptan complacido ligarse a los gobiernos de turno para evitarla y realizar negocios que los favorezcan sin demasiado esfuerzo.
En cambio, el sistema capitalista es un sistema: se basa en la propiedad privada y en su institucionalidad jurídica. La naturaleza de los mercados a los que se dirige la fuerza productiva son especialmente los estratos medios y bajos de la sociedad. Ello implica la multiplicación de poderes autónomos, no estatales, y el extenso aumento de los intercambios. Las variadas interacciones aportan creatividad, innovación y la necesaria acumulación y concentración de capital que hacen posible una sociedad civil fuerte y moderna como la que se observa en los países desarrollados.
Argentina en sus comienzos como nación creció sobre una base de principios liberales enmarcados en la Constitución que promueven la acción electiva. Fue por ello que una vez que se obtuvo la paz y el orden, producto de la pacificación del interior, tras la derrota de los caudillos, Argentina vivió un largo período de paz donde la sociedad civil se fue fortificando y conectando con el mundo.
Las puertas abiertas al comercio internacional permitieron un crecimiento acelerado que nos colocó en términos de desarrollo –en la primera década del siglo XX- entre los principales países del mundo.
La lucha por el libre comercio no fue fácil en una Argentina fragmentada donde, desde la quiebra del poder virreinal, fracasaban los intentos por crear un poder central común.
La lucha entre Buenos Aires y el interior por el reparto de las rentas de Aduana y la libre navegación de los ríos y de los caudillos entre sí, por mantener o aumentar la hegemonía en las zonas que dominaban, abarcó buena parte de la Historia Argentina. Duró prácticamente hasta la consolidación del poder central en Buenos Aires.
Desde la presidencia de Mitre nuestro país fue alzando la cabeza y aún en 1940 era un país próspero. Sin embargo, cuando los argentinos recuerdan ese periodo aseguran que éramos explotados por Gran Bretaña. Es erróneo por donde se lo mire. Crecimos ligados a ése país. Si no hubiéramos tenido la relación comercial con GB, la ganadería hubiera desaparecido de la Argentina. Necesitábamos que compraran nuestra producción al punto que se firmó el tratado Roca-Runciman (1933): Gran Bretaña, por la crisis que atravesaba, no podía abastecerse como antes y fue indispensable lograr que nos siguieran comprando.
En la actualidad también dependemos del mercado mundial. Si no se requiriesen nuestros productos agropecuarios le iría mal a todo el país, incluso al gobierno, que depende en gran medida de las retenciones.
Los empresarios argentinos, salvo el relacionado con el campo, la mayoría quiere hacer negocios con el Estado o vivir de él. Hoy, con varios años de intervención estatal, se dan cuenta del estrangulamiento de la sociedad civil y de las consecuencias desfavorables que ello acarrea.
Recién ahora reconocen que están a merced de un gobierno que interviene, peligrosamente, mediante los poderes especiales que se le han conferido y otras estratagemas, sobre la dinámica de los mercados, privilegiando a corporaciones y grupos de presión.
La política marcadamente nacionalista y proteccionista está aumentando cada vez más los poderes del estado. Lo paradójico es que tanto empresarios considerados capitalistas como el socialismo en general, han estado de acuerdo con las concepciones de los Kirchner. Es por eso que, aunque la sociedad pide planes de gobierno, casi toda la oposición - también comulga con esas ideas- no puede ofrecer más que el modelo de Cristina Kirchner, con algunas pequeñas diferencias.
Los argentinos, en general, somos imberbes, como dijo Perón refiriéndose a los guerrilleros. El mundo mejor que deseamos es el de la infancia: queremos volver a ser niños: vivir sin trabajar ni ganar el sustento, donde todo sea gratis y el estado decida y actúe por nosotros.
El gobierno de Cristina es un enorme útero acaparador que se está engullendo la riqueza que genera la sociedad civil. Reparte mal y esta afectando los derechos individuales aumentando la autoridad del estado. Las necesidades de las corporaciones, grupos de presión y también de capitalistas perezosos, siguen siendo satisfechas por el gobierno, mediante el manejo de privilegios espurios.
En la 16ª.conferencia industrial se ha pedido que el estado deje de cumplir un rol empresario y permita efectuar lo que hace mejor al sector privado.
Ningún sistema económico ha dado pruebas de prosperidad tan extraordinaria como el sistema capitalista y el nivel de pobreza, por el que dice preocuparse la presidente de los argentinos, no ha disminuido tanto como en los países donde éste sistema logro imponerse. Por supuesto que no brinda la felicidad. Ella es una construcción interna por lo tanto puede coexistir aún en la pobreza. Lo que sí sabemos es que tendremos mejor calidad de vida con mercados extensos, propiedad privada, gobiernos que respeten la libertad de los intercambios, la igualdad jurídica, y la paz.
Sin justicia independiente, pluralismo político y libertad de expresión, el sistema capitalista no podrá arraigarse y los argentinos seremos, irremediablemente, cada día más pobres.
Cristina tiene la palabra

Elena Valero Narváez. (Autora de “El Crepúsculo Argentino”Lumiere.2006)
evaleronarvaez@hotmail.com

El problema es cómo lograr la organización política interna.

Después de la muerte de Néstor Kirchner muchas cosas se han desdibujado hasta el punto de que no podemos ver claramente ni siquiera el futuro político próximo. De lo que estamos seguros es que ha quedado incólume la CGT, institución que continua siendo la fuerza política más importante.
Cristina, a pesar de tener muchos puntos débiles, continúa con el apoyo de Moyano y es previsible que lo siga obteniendo. Existen demasiados compromisos que los unen y, evidentemente, aunque se haya muerto su marido, quien podía contenerlo mejor, Cristina necesita imperiosamente el sostén de Moyano y sus bases, capaces de parar el país en cuestión de horas.
Este binomio se vuelve poderoso porque se le une la estructura general del Estado. Los sindicatos son mucho más fuertes que los partidos desde su creación. Mueven fortunas por lo que aumenta el vigor de ésta fuerza política de primera magnitud.
El problema principal de la Argentina es la organización política interna. Esto, como lo vemos, descarnadamente, tras la muerte de Kirchner, trae enormes tensiones. Cristina, sin él es más débil, y eso se nota: desde Seúl dio las órdenes pero hay divisiones y peleas dentro del oficialismo que hubieran sido contenidas por el ex presidente.
Además si bien los sindicatos son reconocidos, incluso por funcionarios del gobierno, como su principal apoyo, constituyen la parte mas podrida de nuestra sociedad: matones, mafiosos, fuerzas de choque se desempeñan a las ordenes del mejor postor.
Los líderes sindicales se han constituido en una especie de monarquía: muchos duran 30 años en sus puestos y las familias se perpetúan en el poder.
Lo cierto es, que la dependencia mutua entre el jefe de la CGT y el Gobierno, está haciendo perder a la Argentina la institucionalidad liberal que logró instaurar en 1983 cuando los argentinos dijeron basta a la violencia. Se va a continuar atacando a la judicatura, comprando jueces y legisladores, persiguiendo a los diarios opositores y adquiriendo canales de televisión. Basta escuchar el tratamiento que se le da a las noticias para saber que la mano invisible del gobierno anduvo haciendo de las suyas.
Por otro lado, la ciudad de Buenos Aires es atropellada todos los días por los sindicatos, el teatro Colón recién refaccionado está imposibilitado para funcionar también innumerables servicios como lo muestra Aerolíneas, dominada por más de 15 sindicatos. Los maestros han estado de vacaciones buena parte del año cortando calles y dando un ejemplo lamentable a la ciudadanía.
La firma SODIMAC fue la última víctima de la presión del gremio de Moyano para reclutar trabajadores de otros gremios en vez de pedir mejoras o mejor calidad de vida en el trabajo. El líder de la CGT actúa como si el país fuera su estancia. Hace y deshace.
Los empresarios se dividen en dos: por un lado están los ligados al gobierno con el cual realizan negocios y rechazan la apertura económica que promueve el mundo desarrollado. Por el otro, los que no tienen privilegios y se sienten castigados por un trato desigual. Apuntan, por ello, al gobierno: desean que disminuya el gasto público que genera inflación para que se pueda reducir la presión impositiva que les traba la producción y la productividad.
El ministro del Interior, Florencio Randazzo, acusa al empresariado de generar inflación por la suba de precios sin considerar el gasto del Gobierno financiado con emisión. También quiere como otros miembros del gobierno, hacer creer que es mérito propio el repunte de la economía robándoselo al campo y al valor de la producción agro-ganadera.
Mientras, los asalariados, a pesar de las declaraciones del ministro de economía en contrario, ven depreciados sus salario por lo cual graves serán los problemas cuando comience la puja distributiva en el próximo año. Moyano será cada vez más indispensable para Cristina.
A este panorama se suman las denuncias de 12 diputados por presiones y ofertas del oficialismo para facilitar la aprobación de un presupuesto que oculta excedentes de alrededor de 40.000 millones de pesos recurriendo a la subestimación del índice inflacionario. Dañan a la “Ley de leyes” con mentiras y corrupción. Aprobar el presupuesto es prioritario para el gobierno. Les da una suma enorme de dinero de la cual no deben dar cuenta para gastar en, la cada vez más próxima, campaña electoral.
¿Qué esperanza de cambio nos queda ante la visión de un país donde todo menos el campo va mal? Creo que las causas judiciales, que involucran a Moyano y a miembros del gobierno, incluida la presidente, hacen que la gente tenga conciencia de que existe una mafia sindical ligada al gobierno que pone a la Argentina al borde de perder la institucionalidad democrática.
También, si el próximo gobierno es otro que el actual, y decide, con el apoyo de la oposición, a no ceder ante los constantes reclamos sindicales, podría comenzar a cambiar la situación. España y Francia lo están intentando con bastante éxito aunque, en el caso de Francia, los reclamos sindicales son apoyados por estudiantes e inmigrantes, creando un contexto más complicado que el de España.
Dependemos de que aparezcan líderes valientes que se animen a decir la verdad sobre los problemas que nos afligen y que den respuestas coherentes para solucionarlos o morigerarlos. Creo que el actual presidente uruguayo es un modelo. Vio la realidad tal cual es y hoy defiende una política totalmente opuesta a la que sostenía cuando era joven guerrillero. Se anima a decir las cosas como son y a defender una postura que resume en “no engordar al Estado” para que Uruguay continúe por un camino de progreso.
Lo cierto es que se necesita de decisión política y de una ciudadanía que se harte de vivir sin orden donde las leyes no se cumplan generando el caos que sufrimos diariamente.
El resto es paciencia para luchar contra el sindicalismo peronista ortodoxo, último bastión por derribar si pretendemos fortalecer el sistema de partidos y mejorar la institucionalidad liberal que se fue imponiendo penosamente a partir de 1853.

Elena Valero Narváez. Autora de “El Crepúsculo Argentino” Lumiere .2006
evaleronarvaez@hotmail.com

Como nacieron y evolucionararon algunas ideas

Algunos cambios o evoluciones que se produjeron en nuestras ideas son asombrosos, y los efectos que esos cambios produjeron en la Sociedad entre los siglos XV y XIX, lo son aún más.
Las ideas fueron la parte más significativa del progreso del hombre, y de ellas deriva la evolución de otros aspectos de su vida. Veremos como, aquellos que supieron y pudieron pensar libremente, hicieron creación con sus ideas y modificaron los conocimientos y límites que encontraron vigentes, generando nuevos conocimientos y nuevos límites.
Esta facultad acumulativa de conocer cada vez más, de construir ideas e imaginar situaciones, nos diferencia de cualquier otra especie de este planeta.
No perdamos nuestra capacidad de asombro: esta aventura intelectual no tiene precedentes, enriquece nuestra vida y no sabemos donde termina.
Algo así como decir: no se pierdan lo que viene: lo mejor está por venir.

Para mejor ubicarnos en este tema, comenzaremos describiendo el escenario Europeo de ese momento (siglo XV).
En tiempos anteriores, ya los fenicios y griegos habían inventado el alfabeto de veintiséis letras, la geometría y la filosofía; los occidentales habíamos adoptado la numeración arábiga, se había firmado el Bill of Wrights en Inglaterra (la cámara de los lores tendrá más poder que el rey), funcionaban universidades en Bologna, Paris, Cambridge, Salamanca, Padua, Pisa y Glasgow; Marco Polo había viajado a China y Dante Alighieri había escrito La Divina Comedia.
A partir de ese momento, se multiplicaron los descubrimientos en todas las ramas del conocimiento. Ante estos avances, se va a producir en las clases ilustradas de Europa, un acentuado cambio en la idea que el hombre tiene de si mismo y del planeta que habita.

Para no hacer muy abstracta esta nota, nos referiremos a unos pocos temas concretos que en cada uno de los siglos siguientes resultaron particularmente significativos.
Siglo XV: siglo de la imprenta y de los grandes navegantes.

La imprenta de Gutemberg: antes de esto se tallaban textos en placas de madera que, bien entintadas, permitían imprimir una página y repetirla hasta que la madera se gastase. El tallado de cada página era casi una obra de arte, y su costo solo podía ser pagado por compradores poderosos, lo mismo que las copias manuscritas, para lo que existía el oficio de copista.
La idea de Gutemberg en 1454, consistió en usar letras metálicas sueltas (tipos), para armar el texto de cada palabra, y luego de la impresión, reutilizar las mismas letras para la página siguiente. Con esto bajó el costo de cada libro a una pequeña fracción del valor anterior y facilitó la alfabetización y la circulación del conocimiento.
El efecto que esto tuvo en este siglo y los siguientes sobre la difusión de las ideas y la alfabetización fue inmenso, y significó un cambio de escala tan significativo como lo será luego el ferrocarril con respecto a la vagoneta tirada por caballos sobre rieles de madera o la red de Internet.


El otro gran tema de este siglo, fueron los grandes navegantes, que cambiaron la visión que el hombre común tenia del mundo.
En 1471 los portugueses cruzaron por primera vez la línea del Ecuador: descubrieron el hemisferio Sur.
En 1492 Colon, navegando hacia el Oeste sobre el paralelo 28, descubre tierras nuevas y va confirmando la idea de la redondez de la tierra (cuantas personas se enteraron ?). Como los habitantes que encontraron en las tierras descubiertas no se parecían a los orientales que describió Marco Polo en sus viajes por tierra, quedaron dudas sobre a donde habían llegado.
La falta de relojes capaces de funcionar a bordo, impidió conocer las longitudes navegadas.
En 1493 el Papa Alejandro VI emitió bula asignando a España las tierras que se descubran navegando hacia el Oeste del meridiano de las Azores (long 30W), y a Portugal las del Este; en 1494 lo ratificará el Tratado de Tordesillas. Esto estimula los viajes hacia el Oeste patrocinados por España.
En 1496 Juan Caboto navegó (para la Inglaterra del rey Henry VII como John Cabot) las costas de América del Norte.
En 1497 Vasco Da Gama rodeó el Cabo de Buena Esperanza y llegó a la India, proclamándola portuguesa.
En 1499 Américo Vespucio exploró Venezuela y Brasil y luego hizo más viajes.
Con estos viajes, los europeos tomaron conocimiento básico de las formas del mundo y lentamente estas ideas se fueron difundiendo y perfeccionando. Siglo XVI: Leonardo da Vinci y Nicolás Copernico

En 1513 Balboa cruza a pie el istmo de Panamá y descubre su "Mar del Sur", y en 1521 Magallanes iniciará su vuelta al mundo navegando para España con cinco naves hacia el Oeste como mandaba el Tratado de Tordesillas. Ahora sí, al Mar del Sur lo llamará Océano Pacífico.
Ya que hablamos de navegantes, anotemos que, en 1588 Francis Drake trabajando para la reina Elizabeth I, derrotará a la Armada Invencible hispano-portuguesa que venía a invadir Inglaterra, poniendo fin al dominio español en los mares del mundo. Los mares cambiaron de dueño.

Leonardo da Vinci (1452-1519), paradigma del Renacimiento Italiano y uno de los mayores genios de todos los tiempos, era ya un artista consagrado (Hombre de Vitruvio 1486, La Ultima Cena en 1498 y Mona Lisa en 1503, en buena parte al servicio de Cesar Borgia el hijo del Papa Alejandro VI, aquel del Tratado de Tordesillas) cuando en 1508 volvió a Milán donde hizo sus principales trabajos anatómicos sobre cuerpos humanos.
Tuvo así la idea del cuerpo humano como objeto de estudio, y tal vez pueda ser descrito como el primer anatomista. Pasó así, de la anatomía del pintor (formas) a la anatomía del científico (observando cada hueso y músculo en sus estructuras y funciones).
Sus trabajos fueron complementados por el flamenco Andreas Vesalio, quien en 1543 publicó "De la Estructura del Cuerpo Humano" ilustrada por van Calcar, discípulo de Ticiano.
Puede decirse que, entre ambos brindaron a los médicos del mundo, la base científica inicial para conocer la anatomía del cuerpo humano.

Nicolás Copérnico (1473-1543) Fue un interesantísimo genio polaco, matemático de la Universidad de Cracovia, estudió medicina, filosofía y derecho en Bologna, ciencias y astronomía en Paris, y se doctoró en derecho canónico en Ferrara, volvió a su país en 1523 como canónigo de la catedral católica de Frauenburgo. Allí estudió en sus ratos libres los movimientos de los planetas y como también había estudiado griego, repasó desde los pitagóricos hasta Aristarco de Samos.

Allí surgió su idea del esquema heliocéntrico. (la tierra gira alrededor del sol) Hacia 1530 tenía terminado su "De Revolutionibus..." que circuló entre unos pocos amigos, pero no lo dio a publicidad.
Se cree que no lo publicó en ese momento pues, demasiados problemas tenía ya la Iglesia con el luteranismo como para agregarle uno más con la geodinamia. Y parece que en 1543 lo publicó pues estaba enfermo y la Iglesia necesitaba con urgencia resolver el problema del calendario Juliano que se desfasaba de las estaciones, antes que otro tomase esa iniciativa.
Esto puede tomarse como el inicio de la Revolución Científica, ya que ese mismo año apareció la Anatomía de Vesalio.
Las consecuencias fueron tan grandes, que Thomas Kuhn, uno de los mayores historiadores de la ciencia, llamó a esto en 1956: La Revolución Copernicana.

Y no podemos abandonar el siglo XVI sin mencionar que:
En 1561 se da en Escocia la Education Act, estableciendo educación para todos, pagada con dineros públicos.
En 1582, el Papa Gregorio XIII introduce el Calendario Gregoriano en reemplazo del Juliano.
En 1586 El flamenco Simon Stevin publica El Décimo, inventando la coma decimal.
En 1596: William Shakespeare presenta: Romeo y Julieta, la primera representación donde dos personas eligen a quien amar.

Siglo XVII el barroco: Cervantes-Shakespeare y Galieo-Newton.
El 23 de abril de 1616 (día internacional del libro s/UNESCO) mueren William Shakespeare (b1564) y Miguel de Cervantes (b1547), curiosa coincidencia de las mayores glorias de las lenguas inglesa y castellana . Para que estos dos geniales artistas pudiesen realizar su obra, fue necesario que en el siglo XVI se diese en España la paz del Siglo de Oro, y en Inglaterra el buen reinado de Isabel I. (las ideas evolucionan y los genios aparecen, generalmente en momentos de paz y libertad)
En este siglo, Galileo y Newton evolucionan tanto las ideas del mundo físico, que ponen broche de oro a la revolución científica iniciada por Copérnico en el siglo pasado.
Galileo nació en Pisa en 1564 (el mismo año que Shakespeare lo hacía en Stratford). Estudió medicina, geometría, física de Arquímedes y enseñó matemáticas. Luego en Padua estableció las ecuaciones de los movimientos acelerados y caída de los cuerpos, formulando lo que luego llamarán Primera Ley de Newton (un cuerpo conserva su estado de reposo o movimiento si no actúa una fuerza sobre él).
En eso estaba cuando recibió desde Holanda en 1608 un catalejo que lo dejó asombrado. Entendió como funcionaba, hizo uno mejor, y se dedicó a estudiar el cielo, cosa que ningún hombre había hecho antes así; descubrió las cuatro lunas de Júpiter, y confirmó el esquema heliocéntrico-geodinámico de Copérnico. Todo eso publicado en 1610 en latín (sidereus nuncius).
Lo problemas comenzaron en 1614 cuando Galileo tuvo la idea de publicar su trabajo en italiano, que puede ser leído por mucha gente. En 1616 la Congregación del Índice declara al libro: Contrario a las Sagradas Escrituras. Interviene Mafeo Barberini quien luego será Papa Urbano VIII, y tras largas alternativas (Bellarmino) el Santo Oficio lo condena en 1633 a reclusión domiciliaria perpetua (nunca dijo e pur si move). En su villa de Arcetri, seguirá escribiendo y su hija le hará de correo clandestino hasta Holanda (Leyden) donde felizmente se fueron registrando sus trabajos. Especialmente su Dialogo Sobre Dos Nuevas Ciencias que pasó rápidamente a Cambridge, donde luego estudiará Newton.
Galileo muere en 1642 cuando nace en Inglaterra Isaac Newton. Para algunos, el mayor científico que haya existido jamás (El ingles de la manzana, Abram de Swaam).
Newton completó sus estudios en Cambridge en 1665 cuando la universidad cerró por epidemia, por lo que volvió a su casa de Woolsthorpe donde pasó dos años de retiro forzoso muy productivo.
Allí formuló las ecuaciones de la gravitación universal, mostrando que las simples piedritas de Galileo y los gigantescos planetas se mueven siguiendo las mismas leyes físicas y otras genialidades. Cuando fue interrogado sobre los motivos de estas regularidades, contestó su famoso hipothesis non fingo separando claramente por primera vez, el territorio de lo conocido de lo desconocido. En 1687 publica su Principia, que lo coloca para siempre en el centro del universo científico. Ante tantos honores recibidos solía decir: Si pude ver más lejos, es porque me subí sobre los hombros de los gigantes que me precedieron. (se entiende Copérnico, Galileo, Kepler y Huygens).
John Locke y Voltaire lo consideraron el más grande de todos los pensadores.
Este período está lleno de pintorescas historias, posiblemente apócrifas, varias sobre manzanas.

En 1688 se produce la revolución inglesa, la gloriosa. Aquí se inician las buenas ideas políticas y los límites al poder de los gobernantes, por más reyes que sean. Siglo XVIII o siglo de las luces o del iluminismo o de la ilustración.
A poco de iniciar ese siglo, nacía Benjamín Franklin en Boston (1706). Posiblemente, al mayor generador de ideas de todas nuestras historias y el científico más popular del mundo en su siglo.
En 1707 Daniel Defoe (1660-1731) escribe el acta de unión entre Escocia e Inglaterra, creando la Gran Bretaña; luego escribirá Las Aventuras de Robinson Crusoe. Escocia con el 10% de la población de Inglaterra, aportó en ese siglo, el 50% de los grandes pensadores de la Gran Bretaña.
En Escocia nace en 1711 David Hume y en 1723 Adam Smith. Entre ambos darán forma a las ideas que formarán la filosofía empirista repartiendo sus tiempos entre Glasgow y Edimburgo (en los siglos XVII y XVIII se desarrolló el empirismo en Inglaterra y el racionalismo en Francia; esto marcó las distintas tendencias posteriores y nos alcanzó hasta hoy).
David Hume, gran estudioso de Newton, pasó en limpio el empirismo de John Locke y publicó a los 28 años, su Tratado Sobre la Naturaleza Humana separando claramente los conceptos de como somos (empírico) de como debemos ser (racional). (cambio de paradigma).
Adam Smith, que trabajó en Glasgow con David Hume, Joseph Black y James Watt, puso con su Teoría de los Sentimientos Morales y luego con su Riqueza de las Naciones los cimientos de la economía moderna, basados en las características de la naturaleza humana. Su explicación de porqué el carnicero le dará su mejor chuleta, se convirtió en un clásico de la conducta de compras de los hombres.
Ambos, Hume y Smith, defendieron la idea de los derechos individuales por encima de cualquier derecho colectivo. Esto será un aporte importante al derecho anglosajón por encima del continental.

Continuando en la Escocia del siglo XVIII, vemos que James Watt, produjo en la Universidad de Glasgow, su motor a vapor (cambio de escala).
Esta fue la primera oportunidad en que el hombre dispuso de algo que hiciera el trabajo sin recurrir a su propia fuerza ni a los animales, ni a las poco confiables caídas de agua o vientos. Formó sociedad con Matthew Boulton en 1774 para fabricarlos por el próximo cuarto de siglo. Hacia 1800 se retiraron ricos habiendo motorizado Europa y parte de América.

En este siglo se independizaron las colonias de América y nacieron los EEUU, siendo principalísimo protagonista Benjamín Franklin (1706-90), quien hasta 1774 se consideró a si mismo un británico de ultramar, pero entonces cambió su idea al darse cuenta que los intereses británicos eran distintos de los de América, y tanto se fastidió con Inglaterra, que logró que en 1776 las colonias se declarasen independientes. Luego se fue a Francia donde logró fuerte apoyo para sostener la independencia de su país.

Y en 1798 Edward Jenner desarrolló la vacuna contra la viruela, enfermedad que en 1980 se declaró eliminada del mundo. Siglo XIX: de los transportes y las comunicaciones
El último tramo de esta nota, será una brevísima mención a los cambios que se produjeron en el siglo XIX, probablemente el siglo en que más cambió la vida del hombre sobre la tierra, gracias a la evolución y puesta en práctica de ideas cada vez más ricas.
Parece oportuno en este tema, citar a un importante cantor de boleros, conocido de Uds como filosofo y economista, quien escribió "...el hombre de principios del siglo XIX, vivía en condiciones similares a los romanos, y le habría sido totalmente imposible imaginar el mundo en que hoy vivimos". (Armando Ribas).
Iniciamos este siglo XIX contando ya con lo descripto de los siglos anteriores, más sólidas instituciones políticas, industriales y financieras, buen desarrollo del pensamiento, y motor a vapor. A partir del año 1800, la evolución de las ideas se acelera, y se producen cambios como no se habían pensado nunca antes.
Ahora sí, la puesta en práctica de las ideas, que se llamará Revolución Industrial, genera cambios concretos en la vida de las personas, y esto, que se inició en Inglaterra, en pocas décadas se extenderá al resto del planeta.

Desde 1800 se van difundiendo las vacunas contra enfermedades.
Crece el bombeo de agua con motores a vapor en desagote de minas y redes sanitarias.
La industria textil con telares motorizados produce ropa de algodón como nunca antes.
En 1806 Fulton presenta sus barcos a vapor.
En 1825 George y Robert Stephenson construyen su ferrocarril.
En 1840 Samuel Morse presenta su telégrafo eléctrico por medio de alambres y su código.
En 1859 Charles Darwin publica El Origen de las Especies: modelo de trabajo científico.
En 1865 Louis Pasteur establece conservación de alimentos por Pasteurización.
En 1869 De Lesseps abre el Canal de Suez.
En 1876 Alexander Graham Bell presenta su teléfono en Boston.
En 1876 Charles Tellier lleva carne refrigerada de BsAs a Francia en su barco Le Frigorifique.
En 1880 Edison y Westinghouse presentan los generadores y la iluminación eléctrica.
En 1885 Pasteur produce la vacuna contra la rabia.
En 1888 circulan los primeros automóviles en Europa.
En 1896 Marconi presenta su telegrafía inalámbrica.
En 1897 Roentgen descubre los rayos X y presenta las radiografías.
En 1899 Bayer patenta la aspirina: ácido acetil-salicílico, primera medicina de uso masivo.
Por: Roberto Cook

Es difícil predecir….

Murió el ex presidente Néstor Kirchner quien fue el sostén de la actual presidente, su compañera de ruta en la vida.

En política no se puede predecir, este acontecimiento lo demuestra cabalmente, pero, si nos animamos a conjeturar, la posición de la presidente no es envidiable. En muchos aspectos nos recuerda la realidad que vivió Isabel Martinez cuando murió su marido, Juan Domingo Perón. Cristina parece más fuerte por lo menos de personalidad. Pero, los peronistas que la rodean, seguramente, no se quedarán al lado de quien ha perdido a quien aseguraba una lucha tenaz por no abandonar el poder y a quien se temía y respetaba . Néstor Kirchner se jugaba, si era necesario, a todo o nada.
Su muerte lo demuestra, no importaron los consejos médicos, continuó en la lucha política al lado de su mujer y demostrando que era él quien tomaba las decisiones.

Hoy esa realidad perjudica a Cristina. No se la cree capaz de tomar sola las riendas del poder. Le faltara la pata más importante, la que le permitía mantener posiciones muchas veces irreconciliables con la realidad. El respaldo de quien manejaba a la perfección todos los resortes del estado la abandonó para siempre. He aquí el problema.

Argentina no es una democracia consolidada en el tiempo: los sindicatos que tenían desde su creación un papel mas importante que los partidos hoy han crecido aún más por la necesidad que el gobierno tuvo de llenar plazas y mostrar, que el poderoso respaldo de Moyano, les permitía amenazar a empresarios, al gobierno de la Ciudad, y a todo el que no quisiera acatar las decisiones kirchneristas.

El ex presidente, hasta su muerte, pudo mantener el orden en el gallinero aunque apareciera, ante ojos políticamente avizores, que su estrella estaba declinando. Sin embargo, parecía que llegarían al 2011 con la ayuda de una prensa que pretendían fuera dependiente, a través de la lucha encarnizada con Clarín y Nación.

La oposición débil que se le enfrentaba tenía problemas para estructurarse y fortalecerse a pesar de la lucha que intentaban en el Congreso. El poder de veto y otras atribuciones, más una política que no vacilaba en emplear métodos contrarios a las leyes de la Republica, ayudaban a que los argentinos viéramos con recelo el futuro político.

Hoy con la muerte del ex presidente cambian las cosas. Si bien no es factible predecir el futuro, se presume un camino distinto donde tal vez la oposición tenga una posición generosa con la presidente pero, a la vez estricta, en cuanto a la exigencia de respeto a las instituciones.
Los peronistas que tengan aspiraciones políticas es posible que se alejen de Cristina buscando un lugar cercano a quienes tienen posibilidades de llegar a la presidencia. ¿Se acercarán a Scioli, quien mostraba en días pasados un alejamiento de Kirchner pero que a la vez se mostraba como inalterable kirchnerista? Veremos como se reacomoda el tablero político. Evidentemente, los gobiernos dictatoriales no dejan sucesores. Kirchner había elegido a su mujer y tal vez pretendía postularse él mismo. ¿Y ahora..? Sin Kirchner ¿qué será de Cristina y como se mantendrá el orden social necesario para poder gobernar en paz? ¿Quién aprovechara la ausencia de Kirchner pretendiendo usufructuar el poder que deja vacante? Mmmmmmm….veremos . Argentina no es EEUU, donde hasta con el asesinato de un presidente, salvo la conmoción que un hecho de tal naturaleza produce, el país sigue su marcha habitual.
Lo deseable sería que dejemos de vivir en la utopía. Pensar que podemos vivir mejor si hay un presidente que planifica como debemos vivir los argentinos a través de reglamentaciones que obstruyen la libertad de la Justicia, de la economía, de la opinión pública y de la sociedad civil nos lleva - como lo muestra la gestión presidencial actual- a una dictadura.
La vida donde se ataca la libertad afectando la diversidad que permite la democracia, es no solamente insípida sino intolerable porque atrae pobreza y corrupción.
En cuanto a los que ahora ya se verán como futuros presidentes deberían pensar que es fácil imaginarlo pero muy difícil lograrlo.
Esperemos que la tolerancia sea la virtud que impere y que el conflicto político, que la muerte del ex presidente traerá aparejado, se resuelva en un ambiente de paz y tranquilidad.

Elena Valero Narvaez. Autora de “El Crepúsculo Argentino”Lumiere.2006
evaleronarvaez@hotmail.com

EL VETO PRESIDENCIAL

Después del anuncio del vicepresidente Cobos -quien decidió con su voto que fuera ley el proyecto que autoriza el 82 % móvil del salario mínimo a las jubilaciones- Aníbal Fernández catalogó al vicepresidente como “traidor” por haber votado positivamente. La Presidente no se quedó atrás: además de denominarlo “okupa” aseguró que vetaría la ley, hecho que se concretó a las pocas horas de dicho anuncio..
Deja un sabor amargo saber que la ardua labor de la oposición para conseguir quórum y los votos suficientes para lograr una ley que responde a la imperiosa necesidad de mejorar la calidad de vida de uno de los sectores sociales mas postergados en nuestro país, valió poco y nada.
La razón lógica, si se mira con ojos kirchneristas, es que nuestra presidente no puede prescindir de los fondos de la ANSES, los cuales, desde la estatización de los depósitos, los viene direccionando hacia fines diferentes a los que fueron creados.¿Qué sería del gobierno si permitiera que llegaran a sus lógicos destinatarios, los jubilados?
La lucha del Poder Ejecutivo en contra de las decisiones del Legislativo muestra que el poder de veto convierte en nulo el trabajo de los legisladores por sancionar leyes que se oponen a los designios presidenciales.
Monopolizar la toma de decisiones es la meta fundamental de la presidente tras la cual todos los medios son lícitos. En este caso el poder de veto es el arma constitucional que les permite dar por tierra con la firmeza de la oposición y del vicepresidente Cobos para lograr la promulgación de dicha ley..
Si bien el poder de veto desde su creación ha intentado dar al Ejecutivo un arma contra leyes indebidas y hacer de contrapeso entre ambos pilares del gobierno, hoy se ha convertido en un arma que anula una medida claramente justa y necesaria y que podría servir para revertir una política de desatinado gasto público.
Será imposible, ahora, conseguir una mayoría de 2/3 en ambas cámaras para que el Poder Ejecutivo se vea obligado a promulgar la ley que los jubilados reclaman con legitimidad y justicia.
La tiranía del poder central se hace patente por este medio constitucional que le permite al ejecutivo seguir consumiendo como quiere el ahorro de la clase pasiva: Cristina Kirchner seguirá monopolizando la toma de decisiones.
Me pregunto si no debería limitarse el poder de veto para que no continúe siendo nulo el papel que la Constitución asigna al Congreso como lo muestra este caso paradigmático en que gobernantes, claramente autoritarios, dejan de lado la responsabilidad, el decoro y la transparencia que debieran tener mandatarios elegidos para representar con dignidad a quienes los eligen.
El Gobierno se niega a aceptar la voluntad de la mayoría parlamentaria aduciendo que, si promulgara la ley, entraría en bancarrota el estado nacional, lo que no es cierto.
Sin embargo, continuará con la política populista de subsidiar a los empresarios amigos, los proyectos de Hebe de Bonafini y de las organizaciones sociales piqueteras, el aumento de empleos públicos, el apoyo irrestricto a Moyano y a los medios de comunicación favorables al gobierno y a las empresas estatales deficitarias. También continuará con la cooptación de funcionarios, el futbol para todos, sin que importe que gran parte de los recursos utilizados para ello correspondan a los jubilados.
Si bien la Constitución faculta a la presidente a vetar la ley votada en el Congreso, este caso muestra que debiera revisarse esta atribución ya que muestra ser un arma en manos de gobernantes inescrupulosos para debilitar la independencia que la Constitución pretende dar a los tres poderes.
Es de esperar que el Poder Ejecutivo dirima con responsabilidad el conflicto que asoma como un nuevo round entre oposición y gobierno pero que no solo afecta la labor parlamentaria sino también a un sector que urgentemente necesita ser tenido en cuenta.
Evidentemente el gobierno deberá asumir el costo político de una decisión arbitraria que se explica por el modelo elegido que basa su gestión en la noción de reparto sin tener en consideración la previa creación de riqueza.
Es así como deben recurrir al robo liso y llano de recursos que no le pertenecen sin que les importe que afecte negativamente a sectores cada vez más amplios de la población.
Los lineamientos generales de la política kirchnerista llevan a la necesidad de un Estado poderoso y concentrado tal como el que Chávez está delineando en Venezuela. Destruye el funcionamiento de los mercados, la opinión pública institucionalizada, la formación de un sistema de partidos y el fortalecimiento de la propiedad privada. Todo ello va en contra del proceso de mejoramiento ético que comenzó en 1983 con la instauración de la democracia y con el cual la mayoría de los argentinos aún soñamos.
La decisión de vetar la ley, tanto como el creciente gasto público, evidentemente, desatarán conflictos de diferente intensidad y carácter que harán tambalear la fortaleza del actual gobierno.

Elena Valero Narváez. (Autora de “El Crepúsculo Argentino”. Lumiere.2006)
evaleronarvaez@hotmail.com

Las mal llamadas democracias latinoamericanas.

El problema de Ecuador denominado por el presidente de ese país como intento de golpe de estado pone una luz roja en el convulsionado mundo latinoamericano.
Países democráticos, y no tanto, se han solidarizado con el presidente Correa y han declarado a viva voz el apoyo que todos brindan a la continuidad institucional y al régimen democrático de Ecuador.
Pocos se refirieron a la calidad democrática de ése país. Cuando los acontecimientos se precipitaron y un grupo de personas invadieron el canal de televisión desde donde se transmitían los hechos por cadena oficial, una mujer apareció ante el micrófono explicando que, los que estaban manifestando en contra del presidente, no eran solo las fuerzas de policía. Señaló que había un importante número de ciudadanos protestando por la política autoritaria del gobierno. Querían ser escuchados.
Mientras el gobierno tomaba recaudos para que la información estuviera en sintonía con lo que quería transmitir opacando y, luego, haciendo desaparecer las voces de los medios privados, muchas personas advertían que buena parte de los ecuatorianos, al no poder expresarse libremente, enfrentaban el miedo decididos a manifestar sus opiniones contrarias a una política cada vez más opuesta al sistema democrático.
Cuando se analizan los golpes de estado se olvida que se dieron en escenarios donde el sistema de partidos no se había consolidado, o se había debilitado. Esa fue una de las causas principales: en América Latina se dieron en desmayadas democracias donde las corporaciones tomaron más fuerza que los partidos.
Fuerzas armadas, iglesia, asociaciones empresarias, sindicatos, exigían reclamos sectoriales directamente al poder, en puja con otras corporaciones y sin pasar por los partidos creados para expresar pacífica y ordenadamente demandas , sin generar conflicto.
Las fuerzas armadas fueron llamadas cuando las papas quemaban incluso, por líderes políticos, para imponer el orden.
Se implantaron dictaduras militares que se constituyeron en árbitro de las continuas demandas sectoriales. No fueron estables porque existían grupos e instituciones que no abandonaban el empeño en vivir en un sistema democrático donde la acción electiva permite alcanzar con más libertad los objetivos que se proponían. No fue así en donde los intelectuales, como en el caso de Cuba, llegaron al poder y cortaron inmediatamente con todo lo que oliera a democracia. Instauraron el partido y la doctrina única en el intento, renovado cada día, de dominar a toda la sociedad civil reemplazando al mercado como factor decisivo de los intercambios por un estado arbitrario y represivo..
¿Se han olvidado los gobiernos democráticos del mundo de la Historia?. Mas allá del análisis que se pueda hacer sobre los gobiernos militares en Latinoamérica, lo cierto es que no hay golpe ni intento de golpe si funcionan las instituciones adecuadas para permitir que los conflictos políticos se desarrollen en paz.
El llamado golpe de estado en Ecuador fue un motín policial que el presidente aprovechó para imponer purgas en la cúpula y mayor control sobre la sociedad en general. También para mostrar apoyo internacional a su presidencia la cual, según lo mostraron los acontecimientos, deja mucho que desear en términos de estabilidad institucional.
Nadie puede decir que en Ecuador, Bolivia, Venezuela, incluso en Argentina, porque haya elecciones y proto-partidos la democracia funciona. No lo hará si no se consolidan y estabilizan los partidos políticos, la opinión pública institucionalizada, y el mercado del voto.
Las mal llamadas democracias latinoamericanas son endebles y dominadas por un vigoroso corporativismo, por partidos antisistema, crisis económicas, e ideas cristalizadas, contrarias al sistema democrático. Al ser sociedades que cuentan con estructuras de importante grado de complejidad, típicas de sociedades modernas, se produce una permanente tensión, como se ha visto en Ecuador, entre las corporaciones, la sociedad civil y el gobierno.
Las demandas políticas de los diferentes sectores sociales, en general, no consiguen ser articuladas por los partidos políticos. Este es uno de los principales problemas que afectan, casi en general, a las sociedades latinoamericanas. Incluye, por lo mismo, a gobernantes populistas que procuran fortalecer los poderes del estado para utilizarlos en su provecho, extender las facultades de policía, incluso sobre la intimidad de las personas, y erosionar, en porcentajes crecientes, el estado de derecho.

Elena Valero Narváez. Autora de “El Crepúsculo Argentino”. Lumiere. 2006
evaleronarvaez@hotmail.com

Rechazo al capitalismo


Elena Valero Naráez


Sin embargo estas ideas permanecen aún, en amplios sectores que aún rechazan la sociedad de alta complejidad en la que vivimos. Ejemplos paradigmáticos son tanto la juventud universitaria de nuestro país que se agita al ritmo de ellas como el gobierno actual que limita peligrosamente el desarrollo de fuerzas productivas destruyendo con su acción normas y valores que estimulan la capacidad de trabajo e iniciativa individual.
La historia de nuestro país demuestra que quienes fueron considerados excelentes presidentes como es el caso de Marcelo T. de Alvear, no hicieron mucho más que dejar aprovechar la conveniente situación internacional para los bienes que producían los argentinos: el dinamismo, la espontaneidad, y la capacidad de creación de la sociedad civil, hicieron el resto. Argentina ocupó un puesto muy importante entre los países más avanzados del mundo.
No se puede esperar: si queremos progresar y disminuir los niveles de pobreza y desocupación debemos integrarnos al mundo democrático y capitalista donde la reciprocidad, la competencia, la cooperación, la paz, la responsabilidad, y un estado garante de los intercambios lo hacen posible.
El partido que tenga como líder a Kirchner será siempre un antipartido: aceptara provisionalmente esta estructura hasta que cuente con la fuerza suficiente para suprimir mediante coacción y tácticas mafiosas a sus contrincantes. Su partido será en la práctica enemigo de la opinión pública institucionalizada, trabarán las elecciones de alguna manera o intentarán enviciarla y por supuesto la competencia entre políticos profesionales. De este modo hiere profundamente a la democracia y a la posibilidad que ese sistema da para resolver pacíficamente el conflicto político.
El problema de Argentina no es económico, es político. Mientras China e India sigan comprando nuestras producciones, con altibajos aguantaremos hasta el final kirchnerista pero desaprovecharemos una oportunidad de crecimiento sumamente acelerado que nos permitiría seguir los pasos de Chile , Colombia, Perú y Uruguay. Lamentable.

Elena Valero Narváez. (Autora de “El Crepúsculo Argentino.Lumiere,2006.)
evaleronarvaez@hotmail.com

Alsogaray nos hace mucha falta…

Enrique Arenz escribió la siguiente nota recordando al Ing. Álvaro C. Alsogaray a cinco años de su fallecimiento.


En 1960 yo era un joven antiperonista sin ideas claras y con algunas ambiguas simpatías por el radicalismo y el socialismo democrático. Sentía un rechazo irracional por el presidente Frondizi y odiaba a su ministro de economía. Un día, estando con unos amigos en una confitería, veo en la pantalla del televisor la figura inconfundible de este controvertido personaje. Iba a darle la espalda, como siempre, pero algo sucedió, tal vez alguna palabra que atrajo mi atención.
Me puse a escucharlo y me fui sintiendo extrañamente fascinado y envuelto en conceptos jamás escuchados antes. Alsogaray estaba explicando cómo funciona un mercado libre, novedades sorprendentes para mí. Me hice liberal a partir de aquella tarde.

Con el tiempo lo conocí y fuimos correligionarios y amigos. En abril de 2000, cuando él ya tenía más de ochenta años y su salud comprometida, se tomó la molestia de ir hasta la Feria Internacional del Libro para saludarme, enterado de que yo firmaba ejemplares de uno de mis libros. Fue para mí un momento mágico: ahí estaba el hombre que había iluminado mi ignorancia desde una casual aparición televisiva; ahora, cuarenta años más tarde, me honraba con su presencia en la Feria del Libro. ¿Cómo no me voy a sentir orgulloso de su amistad? ¿Cómo no lo voy a defender de quienes hoy todavía lo atacan?

El 1 de abril se cumplen cinco años de su fallecimiento. Tenía 91 años y una admirable lucidez intelectual. Fue sin duda uno de los protagonistas de la política nacional de los últimos cincuenta años. Fundador de numerosas y exitosas empresas comerciales, fue ministro durante el gobierno de la Revolución Libertadora, ministro de Economía de los presidentes Arturo Frondizi y José María Guido, embajador argentino en los Estados Unidos durante el gobierno militar de Juan Carlos Onganía, asesor del presidente Carlos Menem, fundador de tres partidos políticos, diputado nacional durante cuatro períodos consecutivos y, en dos ocasiones candidato a presidente de la República. Fue en sus comienzos una voz solitaria en la difusión de las ideas liberales, pero logró (aunque parcial y muy acotadamente) llevar sus ideas a la práctica, primero, con el presidente Frondizi, y luego, mediante las privatizaciones y desregulaciones que aconsejó al presidente Menem a partir de 1989.

Era un político con una personalidad avasallante. No era difícil llevarse mal con él. Los periodistas con tendencias progresistas se complacían en cargar las tintas con hechos anecdóticos, entre ellas la emisión de los famosos bonos “9 de Julio”. También se le enrostraron sus participaciones en gobiernos militares, pero pocos recuerdan dos de sus actitudes políticas fundamentales:

1) Fue uno de los pocos políticos que expresó públicamente su oposición al golpe militar de 1976;
2) Fue el único político que condenó, por aventurera e irresponsable, la Guerra de las Malvinas en pleno desembarco en las islas, lo cual le valió un juicio por traición a la patria.

Pero hay una tercera circunstancia reveladora de su independencia y de sus profundas convicciones liberales que muy pocos argentinos conocen: siendo embajador del general Onganía en los Estados Unidos, promovió, gestionó e hizo representar en Nueva York la ópera “Bomarzo”, de Manuel Mujica Lainez y Alberto Ginastera, obra que su jefe, el general Onganía, había censurado y prohibido en el teatro Colón de la Argentina.

Como candidato a presidente por la UceDé, llegó a obtener dos millones de votos, y como diputado nacional presidió un bloque que en su mejor momento reunió a once diputados liberales, muchos de los cuales, como Federico Clérici, Armando Ribas, Francisco Durañona y Vedia y Héctor Siracusano, entre otros, sobresalieron entre la mediocridad populista de entonces, con brillantes actuaciones parlamentarias.

Los que conocimos personalmente a Alsogaray y tuvimos el honor de ser condecorados con su amistad, sabemos hasta qué punto amaba la libertad humana y de qué manera inclaudicable se entregaba diariamente a su pasión por persuadir a la gente, a los militares y a los gobiernos civiles de que la libertad económica era la condición de la prosperidad.

Recuerdo que hace más de treinta años los pocos liberales de entonces nos sentíamos muy solos y angustiados por el destino incierto de nuestro país. Pero leíamos los artículos de Alsogaray en el diario La Prensa y recuperábamos el entusiasmo decaído. Para nosotros Alsogaray era como el faro que nos conducía en la oscuridad y nos sacaba del desaliento.

No ha llegado todavía el momento, pero el país (y también muchos liberales, que no lo quieren) le van a reconocer a Alvaro Alsogaray el enorme servicio intelectual que nos hizo a todos en su dilatada trayectoria pública. Se puede decir que gracias a él la Argentina recuperó el espíritu de Mayo y las ideas de Alberdi, eclipsadas durante tantos años por el autoritarismo, la demagogia y los mitos de las economías dirigidas.

La clase política le debe un desagravio. Cuando falleció, después de haber cumplido durante dieciséis años consecutivos una fecunda labor legislativa, la Cámara de Diputados le negó el discurso de despedida que se merecía. El 3 de abril de 2005 el partido ARI, y los bloques de izquierda se opusieron a que se pronunciaran discursos. El homenaje se limitó a entonces a un minuto de silencio. Pero no sólo eso: fue tan miserable la actitud de esos partidos que sus legisladores hasta se retiraron del recinto para no participar del minuto de silencio.

Muchos liberales tuvimos diferencias doctrinarias con él. Su modelo era la Economía Social de Mercado de Ludwig Erhard y Luigi Einaudi (entre otros) que propone las famosas “intervenciones conformes al mercado”, conceptos que provocaban y provocarán entre nosotros eternas discusiones y polémicas. Pero más allá de esas disidencias lo admirábamos por la habilidad con que llegaba a la gente común para persuadirla de los beneficios de la libertad económica. Nadie, absolutamente nadie hasta hoy, ha enseñado los principios de la libertad con tanta solvencia, pasión y perseverancia. Ningún otro liberal fue jamás escuchado como él. Nadie consiguió despertar el interés y admiración de las personas sencillas, las que votan y no entienden nada de economía, como logró hacerlo Alsogaray desde la televisión y los actos públicos multitudinarios.

Fue muy discutido y combatido dentro de la UCeDé aún por personas que alcanzaron gracias a él altos cargos y la notoriedad pública, pero ninguno de ellos, absolutamente ninguno, ha podido tomar su lugar, reemplazarlo en la imprescindible tarea de enseñarle y recordarle a la gente, entre otras cosas, cuáles son las causas de la inflación y cuáles las ventajas de la economía libre. Han pasado cinco años desde su desaparición. Hasta ahora nadie ha llenado ese vacío.

Lo único que sabemos, hoy por hoy, es que Alsogaray nos hace mucha falta.

Enrique Arenz

Hacia el 2011…


Elena Valero Naráez


Las recurrentes denuncias de nuestra presidente al afán por enriquecerse de los empresarios argentinos, traslucen un desconocimiento absoluto de la naturaleza humana ya que no solo los empresarios esperan enriquecerse sino también el médico, el maestro, el carpintero, y, por supuesto, como lo demuestra el patrimonio de los Kirchner, también ellos lo pretenden y con muy buenos resultados.
No se puede igualar la aspiración a adquirir dinero por medios lícitos, a la de lograrlo mediante artimañas que infringen las normas vigentes como es, por ejemplo, aprovechar información reservada y un marido que desde las sombras maneja el valor del dólar.
La sociedad se ha visto bombardeada con malas noticias que provienen de los errores en la dirección del matrimonio presidencial. Si indigna la corrupción manifiesta en las denuncias por enriquecimiento ilícito, más aún golpea a los argentinos la inflación que se ha instalado y que ascenderá, este año, a porcentajes insoportables, sobre todo para los asalariados. Aumentó despacio con pocas voces que denunciaran su avance y recordaran los efectos nefastos que trae cuando no se toman las medidas a tiempo para contenerla.
Falta muy poco para el 2011, año en que tendremos a un nuevo gobierno luchando contra este flagelo. Sin embargo, no aparecen los futuros candidatos a presidente advirtiendo, seriamente, sobre el problema y demandando medidas que ayuden a que en el 2011 no se encuentren con un país desbordado como sucedió al final del gobierno del Dr. Alfonsín.
El vicepresidente Julio Cobos, por ejemplo, si es aceptado por su partido, la UCR, como candidato a la presidencia, tendría que renunciar luego del nuevo posible desempate del que parece será protagonista para dedicarse a hacer campaña por todas las provincias mostrando a los argentinos cuál será el rumbo de su gobierno y qué medidas serán las que implementará para intentar resolver la situación preocupante por la que atravesamos. Aferrarse al puesto de vicepresidente se lo impide y sería peligroso en caso de que la situación social se desbordara. En este caso debería asumir la primera magistratura sin el poder político necesario -que le daría ser elegido en las urnas como primer mandatario- para realizar los cambios fundamentales que se requieren. Su imagen se deterioraría sin remedio antes de probar suerte en la carrera presidencial.
Francisco de Narváez es el único de los que ha emprendido, en parte, la tarea que a esta altura es prioritaria: recorrer el país. Todos los candidatos debieran hacerla y dejar de priorizar la lucha por las candidaturas Necesitamos saber, después de equivocarnos tanto, como piensan los probables aspirantes a suceder a Cristina Kirchner y, cómo van a encarar los problemas más acuciantes. Las soluciones debieran tender hacia el mejoramiento institucional y hacia una economía libre como lo está haciendo desde hace años, con éxito, Chile..
Reemplazar el modelo dirigista, intervencionista e inflacionario, al que regresó alegremente el kirchnerato, es prioritario. Se necesita del apoyo de la opinión pública sin la cual será más dificultoso implementar las medidas que hacen falta.
Al legado del actual gobierno: inflación, corrupción ampliamente difundida, estatizaciones, gasto público exorbitante, inseguridad jurídica, probable corrida hacia el dólar, impaciencia social, regulaciones, estatizaciones, ausencia de crédito internacional, déficit de presupuesto, añadimos una oposición dividida por aspiraciones y ambiciones, sin ideas y enfoques claros en el análisis de los problemas.
A esta altura de los acontecimientos, son claras las necesidades de los Kirchner de conseguir aumentar la “caja” para un año electoral.
De continuar la política del Banco Central de sobrevaluación del peso y la merma de las reservas monetarias internacionales, es probable que se incentive el ataque especulativo sobre el dólar al cambiar la actitud de los agentes económicos. Le quedaría al gobierno como recurso la emisión espuria de moneda y su consecuencia: aumento desmesurado de la inflación. Con ello retroalimentaría el proceso inflacionario sobreviniendo una fuerte devaluación.
La inflación aparte de los efectos degradantes en el cuerpo social, produce la destrucción del sistema de precios relativos que son los indicadores que orientan todo el proceso económico de generación de riqueza.
Es imprescindible que el futuro Congreso cambie la posibilidad que le dan los decretos de necesidad y urgencia de legislar al Poder Ejecutivo: rompen el equilibrio y separación de poderes que establece la Constitución dando a gobernantes inescrupulosos armas de las que es muy difícil defenderse.

Elena Valero Narváez. (Autora de “El Crepúsculo Argentino.Lumiere,2006.)
evaleronarvaez@hotmail.com

Cambiar la receta…


Elena Valero Naráez


El incremento de la actividad estatal da al estado la función de garante del funcionamiento del aparato productivo. Se cree que con ello se favorece el nivel de inversiones y se crean efectos multiplicadores que estimulan la economía. En Argentina como en cualquier parte del mundo el gobierno que promovió este camino fracasó en sus aspiraciones.
La planificación de la producción intentando darle a la propiedad y al capital un sentido social mostró que lleva a tener que subir los salarios provocando mayores costos a los productores a la vez que se reduce la demanda.
Las políticas basadas en las finanzas sanas y equilibradas, en cambio, donde el estado se mantiene lo mas al margen posible de la economía, preocupándose por evitar el déficit fiscal, -receta liberal- produce resultados positivos.
La presidente del Banco Central, Marcó del Pont, mostró hace pocos días, con puntero en mano, los sectores a los que el gobierno ayudará a expandirse mediante las reservas del organismo que dirige, abandonando éste sus funciones originales al convertirse en factor de desarrollo y crédito.
De esa manera nos anuncia que accederá a un gasto público aún más dispendioso como lo pretende la presidente Cristina Kirchner.
La nacionalización del comercio exterior fue invención del gobierno de Perón, y representó, por los errores e improvisaciones que se opusieron a leyes vinculadas a la economía, un desastre para el buscado desarrollo del país.
Parte del programa fue el famoso Instituto Argentino de Promoción del Intercambio (IAPI) con el que el gobierno peronista se convirtió en el único comprador de los cereales y oleaginosos, fijando, además, los precios. Ese organismo se encargaba incluso de destinar “a piacere” los volúmenes que según opinión del gobierno necesitaban los molinos, las fabricas de aceite etc. También destinaba los cupos a la exportación, siempre en nombre de la independencia argentina, negociando, incluso, los precios, con gobiernos extranjeros.. Las empresas exportadoras debían adquirir, del IAPI, la producción, a los precios indicados desde el gobierno para, recién, `poder comerciarla en el exterior.
El gobierno justicialista ayudó a algunos empresarios argentinos a amasar enormes fortunas -como en la actualidad lo hace el kirchnerismo- por tener el manejo de los contratos y hacer uso del poder que ello le confería.
También por medio de ese organismo se dieron subsidios y compensaciones con la misma intención actual de bajar los precios.
El fracaso de la política estatista fue bien observable hacia 1949 cuando comenzaron a bajar los precios de los granos., Se agregó en 1951 y 1952 una sequía que ayudó a dejar en terapia intensiva las exportaciones. Se tuvieron que bajar los precios y vender lo producido a lo que era aceptable para el mercado internacional. Para poder exportar el estado tuvo que vender por debajo del costo absorbiendo las pérdidas.
El resultado fue que la crisis obligó a tener que comer pan negro obtenido del mijo y los asalariados pagaron el indispensable abandono de las políticas keynesianas con la reducción de salarios y la consecuente reducción de compra.
Después de su prédica en contrario, Perón se dio cuenta de que la política intervencionista de regulaciones, subsidios, prebendas, política de tipo socialista que lastimó la propiedad privada nacionalizando el comercio exterior e incluso los depósitos bancarios, no había dado el resultado esperado. Pero, la sociedad en su conjunto había absorbido las ideas estatistas de Perón. Nadie quería un cambio.
Los aumentos de salarios decididos arbitrariamente por el gobierno llevaron al aumento de los precios. Las empresas ganaron menos y se redujo la producción y la acumulación de capital, exactamente igual a lo que ocurre en nuestro país.
La solución para la crisis actual es cambiar de receta: dejar de privilegiar al estado por sobre el individuo. No es otra cosa que dejar de recurrir a elementos artificiales como son, los pactos con empresarios, el crédito dirigido o utilización del presupuesto en desarrollar la actividad económica. Se debe gobernar aceptando las preferencias y acciones de las personas.
Tanto peronistas, militares y radicales adhirieron a políticas similares a las de Perón. Todos fracasaron y sufrimos similares consecuencias.
No es Marcó del Pont quien tiene que decidir qué sector debe desarrollarse porque será el estado el que siga generando gasto público y deberá responsabilizarse de los fracasos. Es la sociedad en su conjunto la que se perjudica como sucedió en varias etapas de la historia económica argentina.
El cambio de receta debe dirigirse de una vez por todas hacia grados cada vez mayores de libertad económica y restituir el respeto por la propiedad privada. Esta debe ser el motor del desarrollo futuro. No se puede ser liberales en `política y socialistas en economía como lo pretenden, aun, gobiernos bien intencionados. La inversión por la cual hoy nos desesperamos solo puede regresar abandonando la incoherencia.
El futuro presidente deberá asumir la responsabilidad de arreglar el descalabro que legarán los Kirchner. Debemos volver a las políticas que salvaron a países destruidos por la segunda guerra y que son similares a las que están salvando ahora a algunos países de America latina.
Es hora de que algún partido de la oposición muestre un programa de acción política que olvide el desarrollo voluntarista del estado y predique la formula, en muchos países exitosa, basada en una democracia estable y una economía sana que desista de la absorción de la actividad económica por el estado. Dejar que funcione el mercado con reglas claras de competencia, de libre formación de precios, de oferta y de demanda.
Casi todos los sectores de la economía pueden llegar a protegerse solos, sin ayuda estatal si se le sacan trabas y cargas impositivas desproporcionadas. Se deberá orientar al país hacia un comercio internacional más libre, exigiendo la debida reciprocidad.
El futuro gobierno tendrá que crear condiciones que estimulen la actividad exportadora en vez de prohijar y fomentar el aislamiento internacional.
Debe tenerse como principio general de gobierno que el estado no avance por encima de los fines de las personas.
La planificación que pretende el gobierno actual sobre la economía, deja de lado al individuo y endiosa lo colectivo, expresión dilecta del socialismo. Tenemos infinidad de ejemplos que demuestran el fracasó del socialismo: su esencia, la abolición de la propiedad privada y la planificación central de la economía lleva con sus métodos compulsivos a las dictaduras y a los totalitarismos. Se necesita del autoritarismo para ejecutar el plan de desarrollo elegido por los burócratas estatales.
La economía de mercado por el contrario se ha aplicado con éxito en los países que dejaron atrás la pobreza y la ruina que les produjo la guerra. Alemania, Bélgica, Austria, Italia. Francia, cuando la aplicaron, alcanzaron prosperidad y estabilidad política y social.
Debemos regresar al desarrollo espontáneo que permite el respeto de las reglas del mercado y al equilibrio presupuestario que nos aleja de la inflación. El declamado desarrollo que prometen los burócratas desde el estado es otro. Deviene en inflación y déficit de presupuesto. La planificación central deja de lado como hemos visto, a través de los planes inventados por los funcionarios, a la iniciativa individual que genera el crecimiento espontáneo.
Los próximos gobiernos tienen que alinear el sistema democrático que proporciona un ambiente pacífico para la resolución de los problemas con una política económica basada en una orientación liberal donde el desarrollo por decreto sea reemplazado por el que privilegia las preferencias de las personas, la competencia de productores en el intento por satisfacerlas y el precio justo que produce la relación entre vendedores y compradores. La regulación de la producción y el consumo es provocada por estas libres interrelaciones.
Chile es un ejemplo a seguir aunque haya sido gobernada por pseudo-socialistas. Llámense como quieran, los políticos de ese país, desde Pinochet en adelante, son fervientes defensores de la economía de mercado. Ya puede ser considerado un país democrático, capitalista, con estabilidad política y económica.
El postulado de Marx de que fatalmente la sociedad capitalista se transformaría en una sociedad socialista no se ha cumplido. Por el contrario, en las sociedades capitalistas el trabajador mejora su nivel de vida ostensiblemente, justamente, porque en ellas, el campo de la libre iniciativa y acción se amplía considerablemente.

Elena Valero Narváez. (Autora de “El Crepúsculo Argentino.Lumiere,2006.)
evaleronarvaez@hotmail.com

MEDIOCRIDAD, PROGRESO Y CONSUMISMO


Armando P. Ribas


Decía Rousseau: ”Nuestras almas han sido corrompidas en proporción a que nuestras ciencias y artes han avanzado hacia la perfección” (SIC) Nada más incomprensible que esta aseveración, que considero la expresión manifiesta del romanticismo político que unido al racionalismo moral produjeran los sistemas totalitarios que hicieran eclosión en Europa en el siglo XX. Los mismos se iniciaron en Europa con los jacobinos y los Comités de Salud Publica, sucesores de la Inquisición y precursores de los Nazis y la GESTAPO y los bolcheviques y la KGB. Pero en nuestros días podríamos decir que se constituye en el principio del proyecto de subdesarrollo que reina en nuestro continente.

Con la terminación de la Segunda Guerra Mundial desapareció el nazismo, pero Yalta mediante permaneció el comunismo soviético, y se inicio la denominada Guerra fría, que no llegara al cataclismo universal gracias a la aparición de las armas nucleares. En 1989 con la caída del Muro de Berlín y la subsiguiente implosión del Imperio Soviético, pareció redefinirse el curso de la historia, y Fukuyama se atrevió a predecir el triunfo definitivo de la democracia liberal. A esta eclosión la consideró el fin de la historia pues se habrían terminado los antagonismos que como se recordará según Kant eran los determinantes de la razón en la historia.

Al cabo de veinte años de aquel acontecimiento, lamentablemente nos encontramos lejos de de que se cumplieran las profecías de Fukuyama. En Europa la democracia liberal brilla por su ausencia, en tanto que prevalece el triunfo póstumo de Edward Bernstein sobre Lenin, expresado en la social democracia. O sea el socialismo mediante el sufragio universal y sin revolución. Así la dictadura del, proletariado ha sido sustituida por la dictadura de la burocracia estatal, que según Hegel representara la eticidad de la sociedad como la defensa del interés general frente a la concupiscencia de las corporaciones. Vale recordar al respecto que fuera el propio Marx quien en su Critica a la Filosofía del Derecho de Hegel le respondiera que los burócratas terminan por convertir los intereses generales en lo que no son más que sus intereses particulares.

En America Latina en tanto reina el populismo mediante el sufragio universal que se constituye en lo que Jefferson denominara un despotismo electivo. El populismo a mi juicio es lo que he denominado la etapa inferior del socialismo, o sea antes de lograr el desarrollo. En nuestra América es tal como dijera Carlos Rangel en su obra Del Buen Salvaje al Buen Revolucionario hemos aceptado todos los mitos provenientes de Europa.. Debo reconocer entonces que con excepción de la Cuba de Fidel Castro hemos estado lejos de cometer los crímenes históricos que caracterizan mal que nos pese la historia de la amante de Zeus, reconocida hasta el siglo XV como la Cristiandad.

Como bien escribiera Ortega en su famosa “La Rebelión de las Masas” el mayor peligro el estado, es hoy la amenaza que enfrenta la sociedad libre, y ese riesgo parece haber alcanzado al país al que le debemos la libertad en el mundo. Es decir que a veinte años de la caída del Muro de Berlín, en tanto permanece el Malecón, las ideas que produjeran su erección parecieran más vigentes que las que aparentemente determinaran su caída. Diría pues que la interpretación errónea de las causas de la crisis financiera de Estados Unidos seria poniendo en riesgo la sobrevivencia del único sistema ético político que a partir de la libertad permitiera la creación de riquezas por primera vez en la historia de la humanidad.

La sombra de Rousseau a través del racionalismo romántico de sus ensayos que terminaran con El Contrato Social aparece en la política universal. Así el denominado sueño Americano es denostado como la expresión del consumismo, y su eficiencia productiva como la causa del recalentamiento global. Se pretende así ignorar que el sueño Americano es universal, en tanto que la posibilidad de hacerlo realidad es en Estados Unidos através del denominado credo Americano. Y el credo Americano no es otro que su sistema ético político, sustentado en el rule of law, o sea los limites al poder político y el reconocimiento de los derechos individuales a la vida, la libertad, la propiedad y la búsqueda de la propia felicidad. Y ese es el sistema descalificado por Marx como el capitalismo donde impera la explotación del hombre sobre el hombre y según Lenin, el imperialismo que seria cuando esa explotación cruza las fronteras a terceros países.

En otro ejercicio valorativo de la izquierda intelectual, el consumismo, seria el producto de la mediocridad, que sería la ausencia de virtud causada según Rousseau por el avance de las ciencias y las artes en desmedro del hombre natural, o sea el buen salvaje. Parecería entonces que conforme a esta ética histórica, la virtud entraña la incapacidad para consumir, al mismo tiempo que la demagogia imperante del socialismo continúa su llanto por los pobres, en búsqueda del poder político. Ignorando por supuesto el derecho del hombre a la búsqueda de su propia felicidad, la que supuestamente se la proveería la burocracia estatal de turno.

No pretendo justificar per se los sistemas políticos autoritarios como el chino, pero creo que ante la alternativa son preferibles a los autoritarismos surgidos a través de las urnas y supuestamente en nombre del pueblo se manifiestan como el socialismo del Siglo XXI. O sea lo que Madison denominara la tiranía de las mayorías Pero volviendo a Ortega, desafortunadamente el señorito insatisfecho no son los que consumen sino precisamente los intelectuales que tal como escribiera Von Hayek representan la clase mas resentida y la que facilita la vigencia del marxismo. Igualmente los políticos que si consumen pero pretenden hacer creer que luchan por los pobres para lograr el poder político y hacen prevalecer los derechos de las burocracias a violar los derechos de las minorías en nombre del pueblo.

La verdadera alternativa para superar el peligro expuesto, es no olvidar en un caso y aprender en el resto la ética política del primer sistema que permitiera la creación de riqueza en el mundo. Ese sistema es el Rule of Law. Y no olvidemos que los dos principios fundamentales que lo inspiran, a partir del reconocimiento del carácter de la naturaleza humana, son el derecho del hombre a la búsqueda de su propia felicidad, y que las mayorías no tienen el derecho de violar los derechos de las minorías, por ello la limitación del poder político.