Zapatero y sus zapatos….

¿Será posible un Ajuste en la Argentina?
Cuando las papas quemen ya tendremos un nuevo presidente. El gobierno kirchnerista nos hace transitar por un camino inflacionario. La noticia del decreto que permite un fuertísimo aumento del gasto público, desnuda la intención que el gobierno tuvo cuando se pretendió, en el Congreso, discutir el presupuesto. Con premeditación, pidió a los legisladores oficialistas que no aceptaran cambiar ni una coma. La intención fue que el país quedara sin la ley de leyes para poder dar el golpe que anuncian los diarios: por decreto aumentar a piacere la cifra que permite mucho mayor gasto público.
El año electoral, que se inicia en los próximos días, marca las necesidades del gobierno. Para seguir en el poder debe recurrir a todos los medios disponibles, entre ellos, los resortes que le proporciona el estado y la posibilidad de contar con recursos extraordinarios para hacer frente a los compromisos contraídos y a la campaña electoral.
La pregunta que nos hacemos algunos argentinos es quién se hará cargo de las consecuencias graves que generará dicho gasto, como es el aumento de la inflación.
Gran temor genera la inflación en otros países. Por ejemplo, en EEUU, fue declarada por el ex presidente Ford, el enemigo político numero uno. Llevaba un distintivo en la solapa con la inscripción WIN (Whip Inflation Now) que significa erradiquemos ahora mismo la inflación.
Como la política kirchnerista generó un elevado gasto e ingresos fiscales insuficientes para afrontarlo, el ex presidente Kirchner y su señora han debido recurrir a la impresión de dinero para la compra de dólares y para financiar el Tesoro por lo que se ha generado un índice inflacionario sumamente peligroso y, sin duda, aumentará en el próximo año. La política monetaria que genera elevada inflación soporta no solo los costes que el elevado índice trae sino también las redistribuciones arbitrarias de la riqueza ya que reduce el valor real de las deudas.
El gobierno debiera saber que la elevada inflación media es volátil e incierta por lo que perjudica a todos y sobre todo al inversor porque no pueden hacer el necesario cálculo económico que todo proyecto necesita.
Con seguridad, será al próximo gobierno el que deberá tomar al toro por las astas y hacerse cargo del problema, por ello, los líderes opositores, tendrían que pensar cómo van a resolverlo. Nadie explicita de qué manera se reducirá la inflación. Todos son campeones en enumerar los problemas pero, no dicen como los resolverán y mediante qué medios.
Para reducirla tendrían que hacer reformas fiscales como lo está haciendo España en la actualidad. Entre ellas hay que reducir, en vez de aumentar, el gasto público.
Creo que se debiera imitar a España. Es envidiable la responsabilidad con que han encarado el imprescindible ajuste en ese país. Evidentemente, los problemas del gobierno español no son solamente producto de la crisis sino que también está pagando las consecuencias de políticas socialistas. Pero, es encomiable, que el presidente se haya hecho cargo de los errores y que no haya esperado, como aquí, que los solucione el próximo gobierno. Zapatero, por presión internacional y de la realidad, afronta el costo político que siempre paga el que hace el ajuste consistente en sincerar la economía y realizar las reformas necesarias para que mejore. Va a corregir el curso acelerado del gasto. El presidente pidió un esfuerzo excepcional para reducir el déficit público.
Suprimir ayudas sociales, privatizar aeropuertos, rebajas fiscales a empresas, son medidas que aparecían como impensables en un gobierno socialista. Zapatero, intenta, por todos los medios, calmar a los mercados y detener la crisis financiera.
Se elimina el seguro y el subsidio mensual a los desocupados y se reprivatiza un 30 por ciento la sociedad estatal de Loterías y Apuestas del Estado.
También se reduce la inversión pública en más de 6000 millones de euros y un cinco por ciento, promedio, los salarios, incluyendo un recorte del 15 por ciento a los miembros del gobierno. Por primera vez en España se recortan los sueldos de los empleados públicos. Durante el 2011 permanecerán congelados. El congelamiento también alcanzó a las pensiones y se eliminó la prestación por nacimiento, el llamado cheque bebé de 2500 euros, entre otras innumerables disposiciones de ajuste.
Con la flexibilización laboral se intenta que el desempleo no se convierta en estructural.
El gobierno español pretende inyectar una fuerte dosis de confianza para cambiar la actitud reticente de los inversores y retomar un crecimiento sostenido, vital, para el mejoramiento de la economía española.
Zapatero se mantiene firme con la aplicación del ajuste aunque debe lidiar con las protestas y huelgas generales con las que muestran su rechazo los sindicatos y otros sectores sociales, a la ley laboral. Resisten la congelación de los salarios, al aumento de la edad de jubilación de 65 a 67 años entre otras disposiciones sumamente impopulares.
¿Se animará el futuro presidente argentino a tomar medidas imprescindibles -como lo está haciendo España- para sanear la economía y mejorar el nivel de vida de los argentinos? Me permito dudarlo. Salvo que aparezca un clon del ingeniero Álvaro C. Alsogaray, quien fue el primero en nuestro país, en animarse a explicar, promover, e intentar realizar cambios estructurales como los que están realizando algunos países europeos para superar la crisis y detener la inflación, veo un futuro complicado e incierto.
No quiero pensar en la reacción que tendrán los que actualmente cortan calles y provocan disturbios, casi por deporte, cuando la realidad termine por imponerse en nuestro país, como sucede en España y deba hacerse el ajuste. O, que dirá o hará Moyano, si se recortan los sueldos. Si volvemos a elegir a un presidente populista, que los dioses nos protejan.

Elena Valero Narváez. (Autora de “El Crepúsculo Argentino”.Lumiere.2006)
evaleronarvaez@hotmail.com

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