¿Qué hacer….?


Elena Valero Naráez


Argentina sigue deslizándose en picada por una pendiente sin que aparezcan motivos para pensar que esta situación se modifique en el corto plazo.
La economía no crece, perdemos posiciones frente a países vecinos exitosos como es el caso de Brasil y Chile.
La inflación comienza a ser preocupante, se derrumba el nivel de vida de los argentinos y aumenta la pobreza ante la falta de crédito e inversiones. No existe intención clara respecto de la reducción del gasto público (más allá de su financiación con mayores impuestos) y no hay convicción para que ocurra.
Sin embargo, después de las conversaciones con el gobierno, las declaraciones de los funcionarios se han caracterizado por marchas y contramarchas sin ningún plan de gobierno que permita avizorar medidas que ataquen las causas del estancamiento de una economía, artificialmente reprimida.
Las políticas que sobredimensionan el estado continúan y, con ello, aumentan las contribuciones excesivas de un sector privado casi agotado.
El país no puede continuar tolerando el abuso del esfuerzo privado, la continua fuga de capitales al exterior, y que, la cada vez más escasa acumulación de riqueza vaya a financiar el gasto público.
Por otro lado, no hay indicios para pensar que se eliminarán regulaciones o interferencias burocráticas, paralizantes, como las que actualmente estamos soportando.
Aumentan los sectores que no encuentran salida a situaciones que van desde no poder producir y exportar hasta no ver la posibilidad de insertarse en el mercado de trabajo. Se le suma la angustia del pequeño comerciante que depende de su negocio para alimentar a su familia, del profesional, del docente, del taxista, del empleado en general. Se acaban, no solo las expectativas, sino que se está creando un clima que pronostica conflictos sociales.
La crisis se acentúa ante la falta de respuestas coherentes.
¿Hasta cuándo podrá soportarse una situación donde cada vez más sectores de la población sufren en carne propia la tiranía mental del matrimonio presidencial?
La incertidumbre es el sentimiento que está desgastando el poco optimismo que quedaba en la gente antes del llamado al diálogo de Cristina Kirchner y se escucha en algunos sectores la palabra tan temida: “desestabilización”.
Los argentinos hemos dejado atrás, desde que en 1983 comenzáramos la normalización institucional con grandes esperanzas, los golpes de Estado. Aprendimos, luego de sufrir las consecuencias por haberlos apoyado, que la democracia es el único sistema político que nos permite dirimir los conflictos en un clima pacífico y cambiar a los malos gobernantes sin violencia por medio del voto.
Es por eso que se comienza a pensar en el juicio político ante la falta de responsabilidad, corrupción y atropellos al sistema republicano, del actual elenco gobernante.
Numerosas críticas se le hacen a la estrategia para superar la crisis institucional, social, y económica, caracterizada por medidas parciales y anuncio de objetivos limitados
La falta de coherencia en el accionar de la presidente y su equipo, permite avizorar que la población, en general, mude la actitud benevolente y dispuesta que ha tenido hasta ahora, a la espera de que se cambiara el rumbo que restringe importaciones y exportaciones imposibilitando a nuestro país aprovechar el comercio internacional para crecer y prosperar.
La presidente está perdiendo, tal vez, su última oportunidad política antes de que el desborde de la economía le muestre las consecuencias de la utopía, la demagogia, y lo que es peor: jugar con la paciencia de los argentinos.
¿Qué hacer ante esta situación que lleva a profundizar la crisis económica y social? Se deben fortalecer las alternativas políticas, con proyectos viables que cambien el aire de frustración que se respira actualmente en la Argentina. Trabajar en ello, es la responsabilidad que le cabe a la oposición.
Tal vez, el fracaso y la experiencia que nos deja, permita consenso en el Congreso para encontrar soluciones razonables a los problemas que nos agobian por las propuestas kirchneristas, demagógicas e ineficientes, antes de que la sangre llegue al río.

Elena Valero Narváez. (Autora de “El Crepúsculo Argentino.Lumiere,2006.)
evaleronarvaez@hotmail.com

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