Momento de reconstrucción

setiembre de 2009

Roberto Cook


A causa de los resultados de las últimas elecciones, y de los posteriores desconocimientos de estos resultados, parece este un momento oportuno para refrescar pensamientos políticos e institucionales en nuestro país, aún opacados por algunas borocotizaciones.

Parece oportuno entonces, parar un poco la pelota y reflexionar acerca de donde estamos y para donde queremos ir.

Y esto debe hacerse ahora.

Para no repetir desafortunadas evoluciones anteriores, será interesante tener presente, algunos principios generales de derecho y temas constitucionales, y también observar como funciona el mundo en este momento.

Todo esto bastante obvio y frecuentemente olvidado.

Hay países que andan bien y otros que andan mal. No podemos seguir pegados a los que andan mal y peleados con los que andan bien.

Nuestras relaciones exteriores deben acercarnos a países exitosos y civilizados; debemos abandonar las relaciones carnales con Cuba, Venezuela y Bolivia.

La Constitución Nacional no es de cumplimiento optativo.

Debemos ser como nos gusta decir que somos: republicanos y federales.

El derecho penal no puede ser retroactivo ni tuerto. La justicia no puede ser un brazo del ejecutivo.
Los funcionarios deshonestos no pueden seguir impunes.

Los mandatarios no son los que mandan, sino que son empleados del Estado cumpliendo un mandato por tiempo limitado. Los que mandan son los ciudadanos, por medio de sus votos.

El Congreso Nacional no puede resignar sus funciones ni conceder facultades extraordinarias al Ejecutivo: los legisladores que lo hagan deben ser separados de sus bancas, no cobrar dietas y ser declarados infames traidores a la patria (Art. 29 de la CN).

Los derechos de importación y exportación, como los impuestos, solo pueden ser manejados por el Congreso, y la remisión de fondos a las provincias por coparticipación, será automática (Art. 75 CN).

El respeto a las libertades y derechos individuales es la base de toda previsibilidad jurídica: no se pueden modificar las reglas de juego según la conveniencia momentánea del mandamás de turno y pretender que la maquinaria productiva siga funcionando.

Manejar la economía con la vieja técnica populista de generar pobres para luego usar sus votos, tan usada por los últimos gobiernos, debe ser condenada por vil, y proscripta para siempre.

Y todo esto, solo para comenzar.

Ing. Roberto Cook, Autor de “La Evolución de las Ideas”.

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