El aniversario de la revolución Cubana

por Elena Valero Narváez

Varios periodistas han transmitido desde Cuba por el “festejo” del medio siglo de existencia del régimen totalitario cubano.
Es increíble que personas consideradas y respetadas por la opinión pública, como es el caso de Víctor Hugo Morales y Raúl Portal, se sientan tan atraídos por el régimen que tiene numerosos presos políticos. Portal, incluso, pide una revisión en la opinión de los argentinos hacia Cuba. Viaja gratis, es amigo de funcionarios del régimen e incluso se trae perritos callejeros a la Argentina en acto de encomiable misericordia.
Víctor Hugo alabó por la radio la tranquilidad que destila Cuba por tener tan pocos autos por habitante, entre otros cumplidos dignos de pertenecer al diccionario del “intelectual progresista latinoamericano”. Le escuché decir que al tener asegurada la educación, la alimentación y al pertenecer todo al estado eran más calmos, (recuerdo al empleado público tan bien caracterizado por Antonio Gasalla) se tomaban su tiempo y eran mucho mas sobrios en el consumo que los argentinos.
Ninguno dijo a los oyentes que Cuba es un régimen totalitario ni que la revolución cubana muestra su fracaso. No les oí una palabra sobre Hilda Molina y sobre los presos políticos que se están muriendo en prisión por opinar distinto. El señor Portal se preocupa por los perritos, pero, no hace fuerza por divulgar la situación del opositor en Cuba.
Tampoco explicaron a la gente que el 10 por ciento de la población huyó al exilio, ni el peligro de muerte que corren los balseros desesperados por alcanzar la libertad.
No revelan, estos honorables periodistas, las consecuencias que trajeron las draconianas nacionalizaciones de las compañías de teléfono, de electricidad, de las refinerías de petróleo: el 90 por ciento de la propiedad con la revolución pasó a manos estatales. Fidel, prohibió cualquier tipo de iniciativa individual por ello miles de personas se vieron afectadas, perdieron sus bienes y negocios. Tampoco recuerdan que Castro aprobó la invasión soviética que acabó con la “primavera de Praga” para convencer a Brezhnev que Cuba apoyaba incondicionalmente a la URSS.
Desconocen, que en 1959, Cuba tenía una dirigencia empresarial capaz, mano de obra especializada, la mayoría de la población gozaba de prosperidad económica y una activa clase media que ante la política que implementó Fidel se radicó en EEUU. Desde 1961, Cuba, vive con un rígido racionamiento. Estatizar, militarizar, fidelizar fue la estrategia revolucionaria.
Tampoco informan, a sus oyentes de la radio, cuando hablan de educación, -admirados porque los cubanos saben leer- que todo debe servir al poder: la prensa, los libros, el arte están controlados, el partido piensa por los cubanos. Hay analfabetismo de discusión y crítica, como bien dijo Carlos Franqui, ex director de Radio Rebelde, uno de los tantos desilusionados de la revolución cubana.
El famoso personaje que es parte de tantas camisetas, el Che, creía como los comunistas en una centralización extrema que terminara con la propiedad privada. Pensaba que desde el poder podrían construir un régimen socialista y destruir el capitalismo. El admirado “Che” persiguió al igual que los hermanos Castro, tanto a amigos de la Revolución como a opositores, homosexuales, escritores y personas que querían abandonar el país. No hay duda que lo saben Hugo Y Raúl, entonces ¿por qué no lo expresan en voz alta?
Estos periodistas, como tantos otros, olvidan y justifican con el silencio los crímenes de Castro y Guevara, quienes prometieron, en el comienzo de la Revolución, libertad y democracia, por eso fue apoyada por los cubanos. Hoy, en Cuba, no hay nada esplendoroso, sólo represión, una sociedad pobre y militarizada, donde los sueldos son bajísimos y sólo alcanzan para la subsistencia, la revolución se autodestruyó.
Durante años se observó a la URSS con una mirada idealizada. Escritores, actores, poetas, estudiantes, políticos, han puesto velos a la realidad como lo hacen aún con los resultados de la revolución castrista. No importa que el gobierno cubano esté dirigido por lideres que desprecian el sistema democrático y que tratan de forzar a la historia para que se comporte según sus deseos y que la fuerza sea el ingrediente principal para lograrlo.
Modelos semejantes se implantaron en la URSS, en China comunista y en todos los regímenes totalitarios. Lenin, fue el creador del primer totalitarismo y también de sus instrumentos de dominación, incluido, el terror masivo. Mao, intentó aplicar la teoría marxista-leninista a las situaciones concretas de China y Hitler, con insistencia revolucionaria, impuso la doctrina nacional-socialista.
Es lamentable que personas como Portal o Morales, sean ciegos a la comparación de Corea del Norte con Corea del Sur, de Puerto Rico con la isla de Cuba. No observan los adelantos de China luego de implementar políticas económicas liberales y silencian el atraso de Cuba cuya población se desespera por lo más elemental.
Los regímenes totalitarios que han surgido en el siglo XX, con el desarrollo de la tecnología y los movimientos de masa, han hecho posible que el Estado pueda controlar el poder económico y todas las fuerzas sociales: los sindicatos, el ejército, la educación, el trabajo, la ley, la burocracia política, el arte y la ciencia. Una verdadera desgracia que aún padece Cuba. Allí no hay derecho que valga más que los deseos de la burocracia estatal dominante. No creo que sea muy agradable vivir bajo la dominación de semejante monstruo..
Los admiradores argentinos de la revolución debieran leer a Juan B. Justo. El fundador del Partido Socialista decía: “Quien menos impone su persona, más impone sus ideas”. El creía que había que saber más que Marx, por eso refutó al materialismo histórico y a la dictadura del proletariado. Descartó la vía revolucionaria, la barricada, la guerra de clases. La democracia fue siempre parte de la definición de su partido, todo afiliado podía elegir y ser elegido mediante voto secreto. Fue un defensor del libre cambio y se atrevió en 1890 a proponer en vez de una revolución, la propuesta de Leandro Alem, una huelga de contribuyentes municipales A éste tipo de hombre deberían hacerle un homenaje en vez de aceptar, con muy poca crítica, a los responsables del subdesarrollo cubano.
No hay posibilidad de un futuro venturoso para Cuba si continua siendo un espantoso despotismo. El mundo democrático tiene la culpa del sufrimiento de los opositores cubanos: el que es complaciente con gobernantes totalitarios es cómplice.

Elena Valero Narváez. Autora de “El Crepúsculo Argentino”. LUMIERE.2006
evaleronarvaez@hotmail.com

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