No hay peor ciego que el que no quiere ver...


Elena Valero Naráez


Como en las experiencias socialistas, los recursos de millones de argentinos están siendo administrados por los Kirchner, y sus funcionarios, de una manera centralizada y a voluntad, a medida que van concentrando el poder político y económico, evitando cada vez más la competencia. Es por eso que Argentina es una sociedad debilitada, menos creativa, menos democrática, menos innovadora y menos productiva.
El gobierno está acabando con las pequeñas, las medias, y las grandes empresas capitalistas, donde la competencia y la cooperación son características y donde la información, producto de los resultados de los intercambios que provee el mercado, es indispensable para la creación de bienes y servicios.
El matrimonio Kirchner ataca al sistema de libre mercado desde una perspectiva peyorativa, sin comprender que son los trabajadores a quienes dicen defender, los que mayoritariamente consumen los productos que el sistema, por ellos despreciado, produce. Denota la incomprensión de Néstor y Cristina hacia el funcionamiento de las leyes económicas.
Creen, firmemente, que la crisis internacional es producto de la decadencia del sistema capitalista y, que en Argentina, se ha encontrado la panacea: el modelo K. aunque sea similar al de los países atrasados.
Vamos hacia una disminución peligrosa de la actividad económica: el desempleo estará superando el 15 % a fin de año y el índice de inflación sigue creciendo a nivel preocupante.
La política relacionada con el campo parece estar dedicada a su destrucción, y se agrava por las condiciones metereológicas. Este sector atraviesa su peor momento, cuando la economía más lo necesita para despegar.
La situación de la ganadería es desesperante por deterioro de los valores: decrecen día a día, aproximadamente 5%, por falta de pasto y porque los feed-lots no compran a la espera que desciendan más.
La liquidación de vientres es tan acentuada que va a ser prácticamente imposible su recuperación a corto plazo.
Los pronósticos del tiempo son poco halagüeños: se estiman lluvias importantes recién para principios de primavera, lo que afecta también a la agricultura.
La zona núcleo de trigo, el sudeste de la provincia de Buenos Aires, está imposibilitada de comenzar la siembra por la sequía
Por descenso de las napas de agua, en varios establecimientos rurales, se han presentado graves problemas, incluso, imposibilita el manejo y control de los animales mediante el alambrado eléctrico por falta de humedad en la tierra.
Los cursos de agua: ríos, lagunas, y represas, están prácticamente secos. Para colmo, aunque lloviera, la época del año en que estamos no permite recuperación inmediata de los campos de pastoreo: estamos entrando en el invierno.
Por la disminución de forraje, los productores, en su totalidad, deben vender apresuradamente. Los animales jóvenes, terneros, novillitos y vaquillonas, son adquiridos por los feed lots, únicos posibilitados ante esta situación, al usar alimentos balanceados y otro tipo de alimentación, para transformarlos en animales de más valor.
En un tiempo aproximado de 60 días, le agregan un aumento promedio diario de 1, a 1, 3 kilos para ofrecerlos a los frigoríficos.
Argumentan, los feed lots, que en este momento, su valor de compra es bajo porque el gobierno esta reticente a abonar los subsidios prometidos, los cuales, les permitiría realizar este negocio. Estimativamente, el valor de venta de esos animales será de 3, 5 pesos el kilo.
Otra situación que refleja la crisis del sector es el de las vacas de cría. Como el valor de venta final, una vez gordas es bajo, no se justifica hacerlo artificialmente, por lo que van al mercado en el estado en que se encuentran con valor aproximado de 0, 80 a 1, 5 el kilo vivo. No se justifica, entonces, darles ración como a los terneros, novillitos y vaquillonas. Muchas de ellas van a la venta sin siquiera se constate si están preñadas para retenerlas como vacas de cría.
Una categoría que prácticamente está en extinción, es el novillo pesado para exportación, el cual debía ser engordado a campo, como requisito para exportación.
Además, el productor ganadero, debe vender mayor cantidad de cabezas y a menor precio para lograr los recursos mínimos y así, honrar sus compromisos.
La entrada al mercado de Liniers de distintas categorías de animales, ratifica, claramente, lo expresado.
En esta catarata de problemas llevan su buena parte los contratistas de labores agropecuarias: cosecheros, mecánicos, sembradores, camioneros que ven menguados sus ingresos y, tampoco, pueden cumplir con sus deudas.
La mayoría de los problemas del campo se deben a las trabas que este gobierno puso a la economía. Están destruyendo al sector que más rápidamente hubiera podido ayudar a superar la crisis. No podrá responder a la demanda internacional de sus productos por falta de producción al igual que otros sectores castigados por la política kirchnerista.
La pésima política “K” nos impide oportunidades de ayuda del Fondo Monetario Internacional: nos podría prestar al 4% de interés pero, no podemos acceder al crédito, porque el gobierno no acepta el monitoreo que reclaman los estatutos de dicha entidad.
Disponer de recursos sin ningún control, como lo hacen con los robados a las AFJP y a la ANSES, es condición suficiente para nuestros populistas gobernantes.
El “kirchnerato” está destruyendo la propiedad privada, la hiere con privilegios políticos y sectoriales, obstaculiza la dinámica de los mercados, el intercambio libre de bienes y servicios y no cumple con los deberes del estado: garantizar la libertad, la propiedad privada y el estado de derecho para asegurar los bienes y a las personas.
Kirchner cree, como también algunos dirigentes de la oposición, que se necesita de un proyecto para aplicar, ideado por burócratas, en vez de un sistema normativo al que las personas deben respetar y desde allí, hacer lo que quieren mientras que sean responsables del resultado de sus acciones. Éste es el sistema económico que tiende hacia la democracia, contrario al modelo que está defendiendo, con tan mal resultado, Néstor y Cristina Kirchner.
No hay peor ciego que el que no quiere ver.

Elena Valero Narváez. (Autora de “El Crepúsculo Argentino.Lumiere,2006.)
evaleronarvaez@hotmail.com

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